En octubre de 1922, Benito Mussolini marchó junto con aproximadamente 10 mil camisas negras hacia Roma, intimidando al rey Víctor Manuel III, que lo nombró primer ministro.
Crusader fue un éxito, y Rommel tuvo que retirarse a El Agheila, donde había comenzado su brillante ofensiva ocho meses atrás.
Para cuando Hitler entregó el mando a Rommel de todas las tropas en Túnez, ya era demasiado tarde.
Unos 275 mil soldados del Eje fueron hechos prisioneros, siendo la derrota tan grande que se le apodó Túnezgrado, en referencia al desastre sufrido por los alemanes en la Batalla de Stalingrado en el Frente Oriental.
[2] Tal como Hitler había predicho, la improvisada campaña italiana en Grecia no salió bien, y las fuerzas griegas del general Ioannis Metaxas repelieron al ejército invasor de vuelta a Albania.
Rápidamente la situación se estancó, ya que ningún país tenía suficiente fuerzas para lanzar una ofensiva importante.
Con solo dos aviones derribados, los británicos redujeron a la mitad la fuerza naval italiana, equilibrando los números en el Mediterráneo.
La flota italiana restante fue enviada a puertos más al norte y se observó un descenso en la audacia de sus ataques desde entonces.
Luego, más navíos británicos desde Creta se unieron a la ya de por sí superior fuerza aliada.
Las pérdidas británicas consistieron en una avión derribado, pero Italia quedó inhabilitada para realizar otra ofensiva naval por el resto de la guerra.
[5] El apoyo popular a los partisanos comunistas jamás fue puesto en duda, los pocos yugoslavos que podían simpatizar con Alemania cambiaron de bando, ya que los soldados alemanes empezaron a arrasar villas enteras por cada soldado alemán muerto, además, los croatas del Ustachá iniciaron un genocidio contra los ciudadanos de religión cristiana ortodoxa o musulmán.
Peor aún, los curas católicos participaron con entusiasmo en esta "cruzada", realizando conversiones en masa de ortodoxos al catolicismo.
Un método eficaz para lograr estas conversiones masivas era quemando las iglesias ortodoxas, en la mayoría de los casos con sus congregaciones todavía adentro.
Mientras Tito se esforzaba por obtener apoyo internacional, Dragoljub Mihajlović, el comandante de los Chetniks o Real Ejército Yugoslavo en la Patria, una fuerza guerrillera realista y anticomunista conformada por serbios, se desligó del movimiento partisano e inició su propia campaña contra las tropas alemanas al mismo tiempo que empezó a combatir a los otros grupos partisanos.
Sin embargo, debido a la naturaleza del combate, muchos partisanos escapaban y se reagrupaban en otro lugar.
Tito, por recomendación rusa, viajó de incógnito, hecho que enfureció a Winston Churchill, primer ministro británico.
Poco después la EDES también formó su brazo militar llamado EOEA y luego se declaró en favor de la monarquía.
Para finales de 1944, ELAS gobernaba casi toda Grecia, sin embargo, bajo presión internacional la monarquía fue reinstituida.
Varios intentos aliados por realizar desembarcos anfibios en los flancos enemigos fracasaron, pero al final la resistencia fue rota y Patton llegó primero a Mesina el 17 de agosto.
Tarento fue rápidamente asegurada y pronto todas las miradas se volcaron a Salerno, que es donde debía ocurrir el principal desembarco.
Las tropas invasoras intentaron moverse al sur, con el objetivo de contactar con Montgomery, pero la fuerte presencia alemana los hizo detenerse.
En efecto, la toma del sur de Italia no había sido barata y todavía le costaría a los aliados muchas más vidas.
El Comandante Supremo de las fuerzas en Italia, Harold Alexander, enfrentó desde entonces un retraso en sus planes, ya que había contado inicialmente con mayores y mejor experimentadas tropas.
Von Vietinghoff decidió desobedecer las órdenes y ordenó la retirada, sin embargo ya era demasiado tarde porque un desembarco anfibio, una ofensiva blindada y un bombardeo británicos les cortaron la retirada a los alemanes, obligándolos a dejar su equipo pesado para lograr cruzar el Po ya que los puentes hacia mucho que habían sido destruidos.
Al morir Hitler, Kesselring, von Vietinghoff acababa de ser relevado del mando, permitió que el jefe de la Gestapo italiana Karl Wolff, que llevaba meses contactando a los aliados en secreto, enviara finalmente emisarios a Alexander para negociar la rendición.
Muerto Mussolini, toda esperanza de resistencia fascista italiana finalizó inmediatamente, si bien se le consideró una fuerza tan importante como el ejército alemán.
Winston Churchill se opuso a la operación, alegando que sería mejor realizar un desembarco en los Balcanes para acelerar la captura de los campos petrolíferos bajo control alemán.
Albania logró recuperar su autonomía y llegó a convertirse en un estado independiente bajo el mando del otro líder partisano Enver Hoxha.
Durante la guerra fría, Albania lograría desligarse del Pacto de Varsovia sin que esto implicara una aproximación al bloque occidental.
Sin embargo, cuando Tito ganó los comicios en noviembre de 1945, proclamó una nueva constitución y en poco tiempo se convirtió en dictador.