Operación Crusader

La división neozelandesa del general Freyberg capturaría Sollum, rodeando el Paso de Halfaya.

Estos se retiran, dejando sobre el terreno más de 70 tanques frente a los 57 M13/40 destruidos.

[4]​ Rommel se muestra decidido a aprovechar la ofensiva inglesa para destruir al VIII Ejército.

Pero, en vista de su propia inferioridad en lo que a número de carros de combate se refiere (sin mencionar que los 150 M13/40 italianos no resistían la comparación con los aproximadamente 200 Panzer alemanes, sí por potencia de fuego, pero no por motorización y blindaje), concentra su contraataque en una sola dirección: el mismo día 20, ordena al general Ludwig Crüwell que mueva la 15.ª la y 21.ª divisiones Panzer en dirección a Sidi Rezegh, trabando combate el día 21 con la 4.ª y la 22.ª Brigadas Acorazadas inglesas.

Para apoyarlo, la guarnición sitiada en Tobruk inicia un ataque en todo el frente y se une a una batalla que durará varios días.

Los alemanes parecen capaces de frenar e incluso destruir las fuerzas inglesas que habían llegado a liberar Tobruk, y avanzar seguidamente hacía Egipto, amparados por los intensos ataques de la Luftwaffe a las tropas británicas.

A la derecha, les apoyarían los italianos de la 132.ª División blindada Ariete y a 9.ª, la División Ligera, hasta situarse en el centro del mapa, cubriendo la eventual vía de escape del VIII Ejército.

Al final, en los días 24 y 25, las divisiones alemanas se paralizan por falta de suministros, mientras que los neozelandeses tomaban Gambutt, conquistando un aeródromo importantísimo para los cazas alemanes (desde él despegaba el piloto alemán teniente Hans-Joachim Marseille, as del Afrika Korps y héroe nacional, que hasta ese momento había abatido 48 aviones enemigos, 37 de ellos sobre los cielos de Tobruk) y avanzan hacia Belhamed.

Rommel dirige todas las operaciones desde su tanque de mando tipo Mamut, apodado Max por sus soldados, con el que sufre un enfrentamiento con la 4.º División india.

Los alemanes ya no tenían la supremacía aérea, que había pasado a manos británicas, y en la noche del 25 al 26 Rommel perdió por avería su tanque de mando y quedó aislado en pleno desierto, sin contacto con sus tropas.

Auchinleck, desde su cuartel general en Maddalena, telegrafía a Churchill para informarle que Rommel se encuentra en franca retirada hacia el oeste.

Pero su comandante, el general Gastone Gambara, aseguraba que sus tropas no tenían ya capacidad de combate.

Con una frase que se hizo famosa en la guerra del desierto, especialmente entre las tropas alemanas, Crüwell radiaba una y otra vez un único mensaje a Rommel: "Erwin, ¿dónde está Gambara?".

Sin embargo, muchas unidades italianas embolsadas por los británicos se defendieron con ferocidad hasta el último cartucho.

De allí sólo se moverá en febrero para reconquistar la Cirenaica y desbordar nuevamente las defensas inglesas.

El VIII Ejército intentó la persecución y destrucción del Afrika Korps, aunque sin lograrlo.

Pero la victoria conseguida en la Operación Crusader, más allá del empate táctico obtenido, había puesto de manifiesto que Rommel y sus blindados podían ser derrotados.

Tanque alemán destruido durante la batalla, en primer plano, arde mientras que al fondo avanza un tanque Crusader , que dio nombre a la operación.
Los británicos usaron algunos tanques medios Valentine, en la persecución a Rommel por los desiertos de la Cirenaica
Sir Claude John Eyre Auchinleck, Comandante del ejército inglés.
Tanques Matilda II en el teatro de operaciones norteafricano.