A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, Libia era una colonia italiana y Tobruk se convirtió en lugar de importantes batallas entre los aliados y las potencias del Eje.
Esto convirtió a Tobruk en un lugar excelente para proporcionar suministros para la campaña del desierto.
Además de estas fortificaciones, había numerosos escarpes y acantilados al sur que se convertían en barreras físicas para impedir cualquier avance hacia el puerto.
Debido a su situación, en el extremo este del país, sufrió pocos daños en el conflicto de 2011.
En 2014, al estallar la Segunda Guerra civil de Libia, la Cámara de Representantes, que que se oponía al gobierno del Congreso General Nacional (remanente) y a las milicias islamistas de Trípoli, tuvo que abandonar Trípoli y se refugió en Tobruk.