Como respuesta a esta orden, Kesselring la rebautizó como Línea Verde en junio de 1944.
Ello habría requerido que el V Ejército estadounidense al mando del general Mark Wayne Clark hubiese sacado a sus tropas de Anzio tomando al este Cisterna di Latina y hubiese ejecutado el envolvimiento previsto en la planificación original para la batalla de Anzio (esto es, tomar el flanco del X Ejército alemán, cortando su línea de retirada desde Montecassino).
Esto acabó por ser una infortunio para los Aliados, ya que a estas alturas de la guerra las unidades de República social italiana habían demostrado ser sumamente eficaces.
El teniente general Fridolin von Senger und Etterlin, que mandaba el XIV Cuerpo de Ejército Panzer, escribió más tarde que se había acostumbrado a viajar en un pequeño Volkswagen que carecía de cualquier tipo de insignia o bandera, para no llamar la atención.
Sin embargo, Winston Churchill y los jefes británicos del Estado Mayor insistían en intentar abrirse camino por las defensas alemanas para abrir la ruta hacia el nordeste a través del pasillo de Liubliana, penetrando así en Austria y Hungría.
También se ha sugerido que Leese tenía aversión a trabajar conjuntamente con Clark tras la polémica desatada cuando el V Ejército estadounidense había avanzado hacia Roma a fines de mayo y principios de junio, dejando al VIII Ejército británico que se las compusiese solo en la lucha contra los alemanes.
[6] Por el contrario, Leese sugería un ataque por sorpresa a lo largo de la costa adriática.
El II Cuerpo de Ejército polaco estaba en la costa, el I Cuerpo de Ejército canadiense se situaba en las llanuras costeras junto a los polacos y el V Cuerpo de Ejército británico estaba en las colinas junto a los canadienses.
No fue hasta el 28 de agosto, momento en que los alemanes tuvieron acceso a una copia capturada de la orden del día del general Leese a su ejército antes del ataque, que los alemanes comprendieron que se estaba llevando a cabo una ofensiva general,[8] con lo que enviaron 3 divisiones como refuerzo desde Bolonia al frente del Adriático, aunque todavía iban a necesitar al menos dos días antes de ocupar sus posiciones.
Mientras tanto, el V Cuerpo de Ejército británico encontraba dificultades para progresar en la zona asignada debido a lo agreste del terreno montañoso, dotado además de escasos caminos, a lo que se unía la resistencia alemana.
Este avance debía abrirle las puertas a la llanura existente más allá, en un terreno que rápidamente podría ser explotado por los tanques de la 1.ª División Blindada británica, reservada por esta razón.
Tras un bombardeo llevado a cabo por 700 piezas de artillería,[11] así como por la aviación, la 5.ª División Blindada canadiense y la 1.ª División blindada británica lanzaron su ataque en la noche del 12 de septiembre.
Las tropas de Kesselring habían sufrido fuertes pérdidas, y las 3 divisiones de refuerzo pedidas al frente del Adriático no estarían disponibles al menos hasta el día siguiente.
Una vez más, el VIII Ejército se enfrentó con una línea organizada de defensa.
Mientras tanto con Croce y hasta más allá de Montescudo asegurados, el ala izquierda del VIII Ejército avanzó hacia el río Marano y la frontera de San Marino.
[12] 5 km más allá de San Marino se encuentra el valle del Marecchia, que se convirtió en la línea de avance del VIII Ejército hacia el mar en Rímini.
El avance del VIII Ejército se hizo muy lento con los caminos cubiertos de fango a causa de las lluvias torrenciales, que hacían difícil el poder mantener abiertos los caminos y pistas, creando así una pesadilla logística a los encargados de la planificación.
[13] Una vez más, las condiciones impidieron a los blindados del VIII Ejército explotar la brecha abierta, y la infantería del V Cuerpo de Ejército británico y del I Cuerpo de Ejército canadiense (reforzados por la 2.ª División de Infantería neozelandesa) tuvo que abrirse paso hacia adelante, mientras que von Vietinghoff retiraba sus fuerzas detrás del río Uso, unos kilómetros más allá de Rímini.
Como el VIII Ejército hizo una pausa a fines de septiembre para reorganizarse, Leese fue asignado a un nuevo mando, el de las fuerzas terrestres Aliadas en el Sudeste asiático, a la vez que el teniente general Richard McCreery fue pasado del mando del X Cuerpo de Ejército británico al del VIII Ejército británico.
Atacando el 17 de septiembre, apoyada tanto por la artillería estadounidense como por la británica, la infantería luchó en el camino hacia Monte Pratone, aproximadamente 3-5 km al este del paso de Il Giogo, y una posición clave en la Línea Gótica.
Esta unidad ya había conquistado Monte Prano y había controlado la región del valle del río Serchio sin sufrir excesivo número de bajas en diez días de lucha.
En esta etapa, Clark pensó que Bolonia, visto el lento avance en el frente del Adriático, quedaba demasiado lejos al oeste de la carretera 9 como para atrapar al X Ejército alemán.
Sin embargo, al igual que sucedía en la costa adriática, el tiempo había empeorado y la lluvia y las nubes bajas impidieron recibir apoyo aéreo, a la vez que las carreteras por las que debían transitar los suministros necesarios para proseguir el avance desde la distante ciudad de Florencia se convirtieron en auténticas ciénagas.
Se llevó a cabo un avance gradual, a pesar de la tenaz oposición del XIV Ejército alemán, que trasladó tropas desde el sector más tranquilo del frente, ante el IV Cuerpo de Ejército estadounidense.
El 5 de octubre, la 10.ª División de Infantería india, transferida desde el X Cuerpo británico al V Cuerpo británico, había cruzado el río Fiumicino (el mismo río que algunos opinan que se trata del antiguo Rubicón de la época romana), subido a las montañas y girado hasta la línea defensiva alemana en el río, lo que obligó a las unidades del X Ejército alemán —situadas río abajo— a retirarse hacia Bolonia.
Paradójicamente, en un cierto sentido ello ayudó a Kesselring porque acortó el frente que tenía que defender y acortó la distancia entre sus dos ejércitos, dotándole de una mayor flexibilidad para cambiar unidades entre los dos frentes de lucha.
[23] Alexander y Clark habían decidido por lo tanto hacer un último intento en Bolonia antes de que la llegada del invierno paralizase sus actividades en el frente.
Cuando los indios llegaron, los alemanes se habían abierto camino, pero la acción decisiva llevada a cabo por los soldados indios del teniente general Dudley Russell paró su avance y la situación quedó estabilizada para el Año Nuevo.