Las fuerzas del eje ya habían estado luchando en el norte de África desde hacía mucho tiempo.
Winston Churchill quería invadir Italia, que en noviembre de 1942 llamó «la panza débil del Eje» (y el general Mark Clark posteriormente calificó como «una tripa dura»).
[1] El apoyo popular a la guerra estaba declinando en Italia y Churchill creía que una invasión eliminaría a Italia y, por tanto, la influencia de las potencias del Eje en el mar Mediterráneo, con lo cual este se abriría al tráfico aliado.
Además, cortaría las líneas de suministro alemanas y las mantendría lejos del frente ruso.
Sin embargo, el general George Marshall y la mayor parte del mando estadounidense quería evitar operaciones que pudieran retrasar la invasión de Europa, discutida y planificada tan temprano como 1942, que fue finalmente materializada como la Operación Overlord.