Frente de los Balcanes

[2]​ Tal como Hitler había predicho, la improvisada campaña italiana en Grecia no salió bien, y las fuerzas del primer ministro griego Ioannis Metaxas repelieron al ejército invasor de vuelta a Albania.

Rápidamente la situación se estancó, ya que ningún país tenía suficiente fuerzas para lanzar una ofensiva importante.

Alemania perdió 2.500 soldados en la campaña, mientras que las bajas italianas pudieron haber llegado hasta cien mil.

[5]​ El apoyo popular a los partisanos comunistas jamás fue puesto en duda, los pocos yugoslavos que podían simpatizar con Alemania cambiaron de bando, ya que los soldados alemanes empezaron a arrasar villas enteras por cada soldado alemán muerto, además, los croatas del Ustachá iniciaron un genocidio contra los ciudadanos de religión cristiana ortodoxa o musulmán.

Peor aún, los curas católicos participaron con entusiasmo en esta "cruzada", realizando conversiones en masa de ortodoxos al catolicismo.

Un método eficaz para lograr estas conversiones masivas era quemando las iglesias ortodoxas, en la mayoría de los casos con sus congregaciones todavía adentro.

Mientras Tito se esforzaba por obtener apoyo internacional, Dragoljub Mihajlović, el comandante de los Chetniks o Real Ejército Yugoslavo en la Patria, una fuerza guerrillera realista y anticomunista conformada por serbios, se desligó del movimiento partisano e inició su propia campaña contra las tropas alemanas al mismo tiempo que empezó a combatir a los otros grupos partisanos.

Sin embargo, debido a la naturaleza del combate, muchos partisanos escapaban y se reagrupaban en otro lugar.

La última ofensiva antipartisana incluyó un ataque aerotransportado contra el cuartel general de Tito en Drvar, pero este logró escapar, si bien con mucha dificultad.

Tito, por recomendación rusa, viajó de incógnito, hecho que enfureció a Winston Churchill, primer ministro británico.

Una vez liberada Yugoslavia, los partisanos saltaron a Italia, tomando Trieste un día antes que las fuerzas anglo-estadounidenses.

El EAM era controlado por el Partido Comunista Griego (KKE) y poseía una facción militar conocida como ELAS, de tendencia comunista, fue el más popular contando con más miembros que el EDES, de derecha, aunque muchos militares con experiencia, como el general Nikolaos Plastiras se unieron a este último.

Poco después la EDES también formó su brazo militar llamado EOEA y luego se declaró en favor de la monarquía.

Para finales de 1944, ELAS gobernaba casi toda Grecia, sin embargo, bajo presión internacional la monarquía fue restaurada.

Albania logró recuperar su autonomía y finalmente se convirtió en un estado independiente bajo el mando del otrora líder partisano Enver Hoxha.

Durante la guerra fría, Albania lograría desligarse del Pacto de Varsovia sin que esto implicara una aproximación al bloque occidental.

Si bien los comunistas del ELAS tenían el control de más del 60% de Grecia en 1944, presionados por Stalin y otros grupos partisanos, accedieron a formar un gobierno mixto, que finalmente fue desplazando cada vez más a los partidos comunistas.

Incontentos por haber sido relegados a un segundo plano, el ELAS reunió de nuevo a unos 100 mil guerrilleros e inició una nueva lucha, esta vez contra el Ejército Griego de 90 mil efectivos (ver guerra civil griega).

Paracaidistas alemanes caen sobre Creta.
Tanque yugoslavo desmantelado.
Soldados alemanes se preparan para izar la bandera de guerra alemana en la Acrópolis de Atenas . Dos jóvenes griegos robarían la bandera poco después, por lo que se convirtieron en héroes nacionales.