El primero consistía en mantener abiertas sus rutas de suministro para proveer a sus ejércitos, principalmente en los Balcanes (1940-41) y en África del Norte (1940-43).
Al día siguiente, bombarderos italianos atacaron Malta en lo que fue la primera de muchas incursiones.
El almirante Cunningham llegó a un acuerdo con Godfroy —aprovechando sus buenas relaciones— respecto al escuadrón francés de Alejandría (Egipto).
Este plan fue desbaratado por los comandantes franceses, y el grueso de la flota fue hundida por sus propios oficiales en la base naval.
Para reducir la amenaza que suponía la flota italiana establecida en el puerto de Tarento para los barcos que navegaban hacia Malta, el almirante Cunningham organizó un ataque aéreo de nombre en clave Operación Juicio.
Otros siete barcos resultaron dañados, incluyendo los acorazados Warspite, Valiant y el crucero Orion.
Sin embargo, la batalla tuvo un impacto estratégico limitado, pues la atención de la Wehrmacht se dirigió inmediatamente hacia la Unión Soviética, cuya invasión (Operación Barbarroja) comenzó pocas semanas más tarde.
El Eje reconoció este peligro y realizó grandes esfuerzos para neutralizar esta base británica tanto mediante ataques aéreos como cortándole los suministros.
Durante el Sitio de Malta parecía que la isla podía ser sometida interceptando los suministros mediante operaciones desde Sicilia, Cerdeña, Creta y el Norte de África donde la fliegerkorps X bombardearon MALTA .
Malta obtuvo la Cruz de Jorge por su actitud y coraje durante el sitio.