Batalla de Creta

La posesión de la isla era muy importante para el Reino Unido, puesto que conservaba unos excelentes puertos en el Mediterráneo oriental.

La operación la llevaron a cabo las tropas aerotransportadas al mando del General Kurt Student, participando 700 aviones de transporte y 750 planeadores apoyados por la Luftwaffe.

[7]​ El 15 de abril, el general Kurt Student, al mando del XI Cuerpo Aéreo y subordinado al general Alexander Löhr que dirigía la 4.ª Flota Aérea en la campaña balcánica, presentó a Hermann Göring un plan para asaltar la isla.

[7]​ El mismo día, el alto mando envío otro plan para invadir Malta, posibilidad contemplada desde hacía tiempo y que consideraba estratégicamente más relevante que el control de Creta;[8]​ el 20 de abril, Hitler se decantó, aunque sin entusiasmo,[8]​ por tomar la isla griega.

[7]​[8]​ Göring debía dirigir la operación, que llevaría a cabo principalmente el XI Cuerpo Aéreo, con apoyo de otras unidades.

[10]​ Esto otorgaba extraordinaria importancia a las fuerzas aerotransportadas, que debían llevar el peso de la operación.

[10]​ En su favor, estas contaban con cercanos aeródromos en Grecia y en el Dodecaneso italiano, mientras que las bases aéreas británicas en Egipto se hallaban demasiado lejos como para proteger eficazmente la isla.

[10]​ Se desató un intenso debate en el alto mando alemán acerca del plan operativo para desembarcar en Creta.

[12]​ Estos debían servir, una vez en manos de las fuerzas aerotransportadas, para recibir rápidamente refuerzos, abastos y pertrechos.

[14]​ Ante la intensificación de los ataques alemanes previos a la invasión, los británicos retiraron sus últimos aparatos para evitar su destrucción.

[14]​ Las unidades se dividieron en cuatro grupos autónomos, siendo el más fuerte el que protegía el aeródromo de Maleme, considerado crucial para los defensores.

[16]​ El nombre en clave de este plan fue Merkur, como el veloz dios romano del comercio, Mercurio, que poseía pequeñas alas en los tobillos.

[18]​ Un batallón paracaidista cayó demasiado lejos, al este, en un olivar cercano a Canea, donde recibió intenso fuego de los defensores.

[19]​ Esta oleada fue llevada a cabo por el XI Cuerpo aéreo y, aunque lanzada a la hora prevista, no logró los resultados que se esperaban: los alemanes habían subestimado considerablemente la defensa de la infantería británica, sus paracaidistas sufrieron serias pérdidas.

[19]​ El mando ordenó por tanto la preparación de las tropas que debían lanzarse por la tarde sobre Heraclión y Retino.

[19]​ La 5.ª División de Montaña, que debía llegar al día siguiente según el plan alemán, no contaba todavía con aeródromo donde hacerlo.

[19]​ Los cuatro grupos de alemanes se hallaban aislados y no contaban con posiciones donde pudiesen recibir apoyo por aire.

La fortificación inglesa menos sólida parecía ser Máleme; allí, pues, iba a jugarse la suerte de Creta.

Máleme y sus alrededores estaban defendidos por el 22.° Batallón neozelandés, a las órdenes del teniente coronel Andrew.

[20]​ Aviones alemanes con base en Skarpanto e italianos provenientes de Rodas protegieron la travesía del convoy hasta Creta e infligieron daños a algunos barcos británicos; el mal tiempo, sin embargo, impidió la llegada del convoy a la isla hasta el anochecer.

[20]​ El segundo convoy, que había alcanzado Milo, recibió órdenes de regresar a El Pireo para evitar el destino del primero.

[20]​ Este revés hizo que el Eje descartarse realizar más operaciones anfibias hasta el final de la campaña.

[20]​ Las pistas del aeródromo aún se hallaban bajo el fuego de los defensores, que impedía su uso a los asaltantes.

[21]​ Los bombardeos tácticos de apoyo no lograron, sin embargo, brindar ayuda efectiva al ataque por tierra ya que las baterías británicas se hallaban bien camufladas.

[22]​ Tras unirse a las fuerzas que se hallaban en la zona, lograron eliminar algunas posiciones defensivas con ayuda de los bombardeos.

[23]​ El general Fryberg, al ver que la situación era insostenible y sin esperanzas, había decidido ordenar la evacuación.

[23]​ El Heer y la Luftwaffe obtuvieron una sonada victoria sobre los británicos, habían capturado un punto estratégico importante en el Mediterráneo como era la isla de Creta.

Pero el balance en general fue sangriento, pues costó a los ingleses más de catorce mil setecientos hombres entre muertos, heridos o prisioneros; de las 27 500 tropas destacadas en la isla, dos mil hombres y sufrido graves pérdidas entre sus fuerzas, que la habían obligado a retirarse del Egeo.

[25]​ Hitler, debido al alto número de pérdidas entre los paracaidistas alemanes, no quiso volver a repetir la experiencia.

El Führer dijo al general Kurt Student en julio de 1941: «Creta demuestra que la época de los paracaidistas ha pasado.»[24]​ Los ingleses, aunque dolidos y con muchas bajas, lograron consolidarse en Oriente Medio, para después reconquistar África y hacer que Italia abandonase la guerra.

Distribución de tropas en Creta.
Paracaidistas alemanes durante su lanzamiento en Creta , el primer día del asalto.
Paracaidistas alemanes muertos.