[1] Desde que Albania se proclamó como Estado independiente tras la Primera Guerra Mundial, el gobierno albanés se vio presionado ante Italia, su vecino más poderoso en lo económico y militar, y para evitar amenazas a la recién ganada independencia el rey albanés Zog I aceptó varias exigencias del dictador italiano Benito Mussolini, destinadas a aumentar la influencia y poderío de los italianos en Albania.
El predominio italiano se sentía fuertemente en la economía albanesa, desarrollada gracias a capitales italianos, en el ejército y el cuerpo policial (asesorados por oficiales fascistas), y en las relaciones internacionales donde Albania se alineaba consistentemente con los intereses de Italia.
En esas semanas estaba previsto el nacimiento del hijo y heredero del rey Zog I, suceso que fortalecía a la monarquía nativa albanesa, por lo cual el gobierno italiano resolvió actuar contra Albania lo antes posible.
No obstante, hubo una breve resistencia albanesa en Durrës, que causó algunas bajas a los italianos y les evitó por algunas horas desembarcar suministros en el puerto.
El antiguo embajador italiano en Tirana, Francesco Jacomoni, fue designado "representante personal" del rey de Italia, quedando prácticamente instalado como virrey en Albania.
La administración civil albanesa no fue disuelta sino solamente colocada bajo mando italiano en sus niveles más elevados, y si bien Albania conservó formalmente un gobierno propio en manos de políticos albaneses, estos debían tener la aprobación del gobierno de Roma.