Este era el motor que hacía de Chile un país relativamente desarrollado, aunque también presentaba una pequeña pero avanzada industria manufacturera.
Las políticas del gobierno, un gasto fiscal que casi duplicaba a la recaudación, el espanto a la inversión, la emisión monetaria como medio de pago para el gasto fiscal y como adicional, la oposición del gobierno estadounidense de Richard Nixon.
[66] Como se puede observar en la tabla, entre los años 1970 y 1973 el gasto público estuvo muy cerca de duplicarse, mientras la recaudación fiscal se mantenía estable y crecía muy poco respecto al gasto, haciendo que el país estuviera todos los años en déficit fiscal durante el gobierno de Allende.
Milton Friedman sería muy criticado al volver a su país por juntarse con el mandamás de una dictadura que violó los derechos humanos.
Ya antes de estas propuestas tan radicales los sindicatos estaban prohibidos y la legislación laboral había sido eliminada.
La diferencia con la crisis norteamericana es que en Chile el desequilibrio del sistema bancario llegó hasta la médula del sector: la banca comercial, mientras que en Estados Unidos, afecta principalmente a los banco de inversión y entidades dedicadas a la colocación de créditos hipotecarios.
Para ello tomó diversas medidas: En su primer informe de la hacienda pública, planteando su postura económica, indicó que:
Para visualizar el crecimiento desde 1970, cuando cambió por completo la historia económica de Chile, se pueden ver los cambios con esta tabla.
[110] Estos retiros tenían como objetivo darle ingresos a los trabajadores para palear la crisis, ya que el seguro social entregado por el gobierno de Sebastián Piñera, también llamado Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), era insuficiente y estaba mal hecho para hacer frente a la crisis económica.
En el periodo 2005-2013 Chile fue el país con mayor PIB per cápita (PPA), y en el 2006-2008 obtuvo el primer lugar en términos nominales.
Aun así con ese récord, Chile se mantenía en el puesto número 9 de todos los países señalados.
Como se puede apreciar en la tabla, Chile a comienzos de los 80 no tenía un PIB PC PPA alto.
Países como Venezuela, Argentina, México, Uruguay y Brasil, tenían índices mejores que Chile en esta materia.
Chile fue el país que más creció en esta década, junto a Argentina, bajo la administración de Carlos Menem, y Uruguay.
Durante los años comprendidos entre 1990 y 1999, Chile logra ser el país con mayor crecimiento anual promedio entre todos sus pares latinos, con una tasa de 6,11%.
[121] Durante esta década sucedió la crisis subprime, donde varias economías latinoamericanas entraron en recesión, como el caso de Chile que tuvo un retroceso del -1,1% en el 2009.
Chile en el año 2014 empezaría un periodo de 4 años seguidos donde el crecimiento anual se mantendría sostenido entre 1,3% y 2,2%.
Hasta mediados de la década (2017), Chile llegó a los 15 151 dólares, habiendo elevado en un 24.1% su PBI per cápita con respecto al año 2010.
Chile es miembro de la OCDE,[126] grupo que solo integran Canadá, Estados Unidos, México y Colombia en el continente.
[29] Los principales destinos de las exportaciones chilenas se concentran en China con 23,9 %, Estados Unidos con 12,2 %, Japón con 10,6 % y Brasil con 5,5 %.
[182] Cabe destacar que Chile se encuentra entre las principales potencias de pesca extractiva a nivel mundial, junto con China y Perú.
En Chile, mientras los activos bancarios corresponden prácticamente al 100 % del PIB, las colocaciones equivalen a casi dos tercios de este.
La materialización de las inversiones proyectadas en plantas industriales dará al sector forestal una importancia creciente en la economía del país.
Además, se están llevando a cabo varios proyectos de energías renovables no convencionales, como los parques eólicos Talinay, Valle de los Vientos (ya en operaciones) y Tal Tal, así como la central geotérmica del Cerro Pabellón, todos encabezados por la empresa italiana Enel Green Power.
Los flujos de IED desde la región se han mantenido en niveles altos durante los tres últimos años.
Por su parte, las empresas brasileñas continuaron su expansión en el exterior y realizaron 7 de las 20 mayores adquisiciones efectuadas por trans-latinas en 2012.
[203] Un elemento particular en todo este proceso ha sido el carácter altamente competitivo demostrado por las inversiones chilenas en los países destino, lo que se ha visto acompañado, además, por una fuerte transferencia de tecnologías en diversos rubros, así como una importante contribución a la generación de empleo local.
Diez países concentran un 92 % de las inversiones materializadas a la fecha, ellos son: Argentina, Colombia, Brasil, Perú, Estados Unidos, Uruguay, México, Bélgica, Panamá y Australia.
Varios sectores políticos, sociales y ambientales atribuyen esto a "presiones" de la industria energética "tradicional".
Las políticas llevadas a cabo en varios frentes han permitido tener una estabilidad macroeconómica con una inflación baja y las finanzas públicas consolidadas.