Chañarcillo
Fue descubierta en 1832 por el pastor de cabras Juan Godoy y estuvo abierta hasta 1875.Se ubicaba a 43 kilómetros de Copiapó y fue el tercer yacimiento de plata más grande de América; tal fue su importancia, que Chañarcillo y su riqueza representaron a inicios del siglo XIX, el momento histórico en que Chile se puso en marcha.Gracias al descubrimiento de Juan Godoy Normilla, el naciente estado logra el financiamiento para organizarse, se logra una nueva constitución, dar vida a la Universidad de Chile, contratará científicos, dará vida a la Escuela Normal, y así un largo etcétera, en definitiva pone en el rumbo correcto a Chile.Otra versión más asombrosa nos dice que mientras descansaba, se le acercó un prodigioso zorro rojo, custodio del mineral, Juan Godoy al verlo lo alejó lanzándole un peñasco, pero se extrañó al notar que la piedra pesaba mucho más de lo habitual, el zorro rojo al notar que Juan Godoy se daba cuenta de este hecho, habría huido lanzando una simpática carcajada.La mina descubierta por Juan Godoy llevó el nombre de La Descubridora, pero pronto se agregarán otras vetas, según el historiador copiapino Carlos María Sayago, se denominaron: Manto de Valdés, Bolanco, Colorada, Las Guías, El Rebentón Colorado, Mantos de Bolados y otros a la que seguirían otras 16 vetas más siempre en el mismo sector.Hacía 1880 el pueblo contaba con una población superior a 7000 personas, y donde además se instaló una estación de ferrocarriles, un hospital.[4] Los años posteriores, en especial durante el siglo XX, tanto la riqueza de la plata, como el pueblo de Juan Godoy comenzaba a vivir sus últimas horas.