Posteriormente, regresó al Congreso como diputado propietario por Los Andes (1864-1867), y después como senador por Chiloé (1876-1880).
Por último, fue presidente de la Corte Suprema —responsabilidad que había ejercido paralelamente entre 1850 y 1851— desde 1861 hasta su fallecimiento en 1880.
[4] Convertido en el candidato oficial del gobierno conservador, su candidatura y elección desató un movimiento opositor que se manifestó en la fracasada revolución de 1851.
[4] Al conformar su primer gabinete, asumió como ministro del Interior Antonio Varas, quien fue su mano derecha durante toda su gestión.
[4] Su carácter autoritario, "pura cabeza sin corazón" en palabras de Manuel Bulnes, le significó concluir su gobierno con una grave crisis política, al desatarse una división en el movimiento gobiernista que dio como resultado la conformación de los partidos políticos del siglo XIX.
Paralelamente estudió Derecho en el mismo recinto educacional, jurando como abogado en 1833; a los 28 años de edad comenzó a desempeñar funciones en la Corte Suprema de Justicia, y 14 años más tarde se convirtió en su presidente.
En 1832 fue vicerrector del Instituto Nacional, cargo que ocupó por tres años.
Durante su período se produjeron dos hechos que buscaron romper la institucionalidad republicana, al inicio de su gobierno ocurrió la revolución de 1851, siendo sofocada en la batalla de Loncomilla, y más tarde (1856) la llamada Cuestión del Sacristán, que provoca que muchos conservadores se alejen del gobierno uniéndose a los liberales en la Fusión Liberal-Conservadora.
[5] El grupo conservador redactó un manifiesto sobre el desarrollo de Chile en los últimos 20 años.
Esta rebelión había comenzado el 7 de septiembre por los liberales, quienes se apoderaron militarmente de la ciudad, e iniciaron una expedición militar camino a Santiago, pero que solo llegó a Illapel siendo derrotados en Petorca.
En otra expedición, las fuerzas rebeldes se enfrentaron a las del gobierno comandadas por Juan Vidaurre Leal, tras lo cual este último inició un sitio de La Serena, Los eventos del norte no tuvieron tanta gravitación como lo que ocurría en el sur de Chile.
La Santa Sede nunca había aceptado esta situación, y esta postura tuvo su adalid en el arzobispo de Santiago Rafael Valentín Valdivieso, quien empezó a objetar los poderes eclesiásticos de facto que ejercía el gobierno.
Tras la división de la aristocracia pelucona (véase Cuestión del Sacristán), en nacionalistas (montt-varistas) y conservadores ultramontanos, provocó la falta de apoyo para Montt y su sucesor elegido, Antonio Varas, sumándose con el marcado antagonismo de los liberales, que no permitirían a Varas como presidente, se busca un presidente que no generara resquemores en la oposición a Montt, y pertenenciera al partido Nacional, de amplia mayoría en el Congreso, por lo que se escoge a José Joaquín Pérez Mascayano como el nuevo presidente.