Geológicamente, la combarbalita es «una roca volcánica, fuertemente alterada a una mezcla heterogénea de caolinita, natroalunita, sílice y trazas de hematita, en cantidades variables.
Presenta coloraciones blancas, pardas rojizas, azules y verdes en distintos tonos, grises y rosadas; un brillo ceroso a graso, un aspecto translúcido a opaco y una dureza aproximada de 2,5 en la escala de Mohs»,[2] que varía dependiendo de la mayor o menor cantidad de sílice que contenga.
En la composición de esta roca, también se encuentran presentes minerales —como la arcilla y el cuarzo— y óxidos —como el de cobre y el de plata—,[1] aunque en menor cantidad.
El color de la piedra varía según el predominio de algunos minerales o asociaciones mineralógicas:[2] Desde tiempos precolombinos, cuando era trabajada por el pueblo diaguita, el principal uso de esta roca ha sido el tallado con fines artesanales.
[1] Tras siglos de labor, el trabajo de los talladores ha hecho que la artesanía en combarbalita llegue a formar parte de la cultura, la historia y las tradiciones chilenas.