[1] El gran impulso que tubo es establecimiento de plantaciones forestales a partir de la década de 1970 fue inicialmente una respuesta a la severa erosión del suelo que afectaba a gran parte del país en esos tiempos.
[2] Hubo un amplio apoyo a las plantaciones cuando se implementaron por primera vez, pero ya en la década de 1980 había surgido una crítica conservacionista que exponía los efectos adversos de las plantaciones en ciertas especies de plantas y animales, en la biodiversidad y en los recursos hídricos.
[2] En muchos casos, el establecimiento de plantaciones no significó la reforestación, sino que el reemplazo del bosque nativo.
[4] Los críticos argumentan que ha creado una economía de enclave.
[4] La silvicultura en Chile se practica principalmente en la mitad sur del país donde el clima mediterráneo y templado ofrece condiciones favorables.