Su interés analítico también se ha orientado a otras áreas como el estudio del “Síndrome Holandés”, y en especial la des-industrialización prematura en América Latina y Sudáfrica; la historia económica de América Latina desde su independencia; la evolución de las ideas en la economía-política del desarrollo; y la filosofía política del neoliberalismo (especialmente en Foucault).
[7] Y en 2020 fue invitado por la Human Development and Capability Association (HDCA) a dar la “Amartya Sen lecture” en su Conferencia Anual en Auckland, Nueva Zelanda.
[9][10] Entre sus contribuciones posteriores se destaca su trabajo sobre la diversidad en la distribución del ingreso entre países, que llevó a Alex Cobham y Andy Sumner a proponer un nuevo índice para medir desigualdad denominado el “Coeficiente Palma” (o “Palma ratio”).
Por esta razón, prácticamente toda la gran diversidad distributiva del mundo se debe a la diferencia en cómo se distribuye la otra mitad del ingreso en la otra mitad de la población: el 10% más rico y el 40% más pobre.
Este coeficiente, a diferencia del Gini, por tanto, no mezcla la homogeneidad de lo que se apropian la mitad de la población cuya participación en el ingreso es muy similar a través del mundo (grupos medios y medios alto), con la enorme heterogeneidad de lo que se lleva la otra mitad (grupos altos y bajos).
Además, esta asimetría distributiva hace del Gini un indicador particularmente problemático para su uso en la econometría, en particular como variable dependiente; como encierra dos dinámicas distributivas tan diferentes, al tratar de descifrarlas conjuntamente con las mismas variables explicativas se comete inevitablemente un error de especificación.
[18] Por esta razón Doyle y Stiglitz propusieron incluir “Una Meta Palma” en los nuevos objetivos de Naciones Unidas para “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” (una meta de un Coeficiente Palma igual a 1 para el año 2030; esto es, que la proporción del ingreso que se lleve el 10% más rico fuese igual a la del 40% más pobre).