Sigurd reunió entonces a su ejército, atacó el castillo del señor y lo saquearon.
Durante el viaje, los noruegos se encontraron con una gran flota de galeras vikingas que estaban buscando barcos para robar.
La cuarta batalla fue ganada en la ciudad de Alkasse (posiblemente una referencia a Al Qasr).
Los cristianos consideraban a las Baleares en aquella época un refugio de piratas y esclavos.
El primer lugar al que llegaron fue Formentera, donde se encontraron con un gran número de Blåmenn y Serkir (sarracenos).
Más tarde volvió Sigurd a sus barcos en Acre, y cuando el rey Balduino I se levanta contra los "paganos" (es decir, musulmanes) en la ciudad de Sidón (Sætt) en Siria (Sýrland), Sigurd y sus hombres le acompañaron en el sitio.