La cruzada pisano-catalana a las islas Baleares, que en la época eran una taifa musulmana, consistió en una expedición en represalia por los actos de piratería cometidos por los musulmanes que la habitaban, llevada a cabo por Ramón Berenguer III y sus aliados, en 1114.
[1][2] A pesar de que Mallorca quedó de nuevo en poder musulmán, sirvió para sentar las bases del futuro poderío naval catalán y para fortalecer los contactos comerciales en el Mediterráneo.
Los cruzados liberaron a los cautivos cristianos, saquearon la isla y derribaron las fortificaciones.
[4] El documento pisano llamado Liber maiolichinus, fechado entre 1117 y completado en 1125, es la fuente principal del evento, además de ser la referencia documental más antigua conocida a Cataluña y a los catalanes, ya que en él se hace referencia al conde de Barcelona como Dux Catalensis o Catalanensis y catalanicus heros, mientras que sus súbditos son denominados Christicolas Catalanenses.
En 1085 el papa Gregorio VII había concedido soberanía sobre las Islas Baleares a Pisa.
Afirma que la reunión no fue planeada, y fue aparentemente arreglado por Dios.
La flota combinada con cruzados atacaron Ibiza en junio, destruyendo sus defensas, ya que Ibiza se encontraba entre Mallorca y el continente y que había supuesto una amenaza continua durante un asedio.