Guillermo V de Montpellier (1075-1121) fue un noble francés.
Más tarde, Guillermo V atendió la llamada del papa Urbano II para unirse a la campaña de la Primera Cruzada bajo el estandarte de Raimundo IV de Tolosa.
No regresaría a Montpellier hasta 1103, llevándose consigo una reliquia de San Cleofás.
A su vuelta, descubrió que los hermanos Aimoin, a los que había confiado la administración de su señorío durante su ausencia, habían usurpado muchos de sus derechos señoriales.
Finalmente, se vio obligado a reconocer gran parte de su autoridad en detrimento de la suya propia, para poder mantener así su posición.