El cerco a la ciudad, que había mantenido una importancia estratégica clave a lo largo de buena parte la Edad Media para las diferentes potencias de la zona,[4] consistió en un ataque combinado de fuerzas terrestres y navales.
Ya desde el año anterior Tarifa había sido sometida a un bloqueo naval para evitar el aprovisionamiento de suministros.
[5] El contingente naval, liderado por el almirante genovés Benedetto Zaccaria, estaba compuesto por una flota de naves genovesas, castellanas y aragonesas (subcomandadas las últimas por Berenguer de Montoliú).
[6] Sancho IV también contó con ayuda logística del emirato de Granada.
[9] Según Miguel Ángel Ladero Quesada, la conquista de la ciudad se trató del avance cristiano más determinante en dos siglos de conflictos en el área del Estrecho de Gibraltar.