La presencia del rey resolvió el inicial desorden en el que incurrieron las tropas cristianas, que salieron victoriosas y provocaron más de diez mil bajas a las huestes musulmanas y judías.
La batalla supuso la más importante victoria que las tropas castellanas consiguieron frente al reino de Granada en el reinado de Juan II, por cuanto se consiguió en esta zona fronteriza.
Poco después de la batalla las tropas castellanas iniciaban su retirada hacia Castilla.
Tras la derrota musulmana, Yusuf IV sucedió a su abuelo, Muhammad VI, como sultán de Granada.
En las décadas siguientes, los enfrentamientos internos, que han recibido el nombre de Guerra Civil Castellana hicieron imposible reanudar operaciones militares significativas, hasta la definitiva conquista en la Guerra de Granada (1482-1492), llevada a cabo por los Reyes Católicos, contra Boabdil.