Sitio de Barcelona (801)

A partir del año 759 el Reino Franco se embarcó en la conquista de los territorios bajo dominio musulmán.

Sin embargo, en 785, la rebelión de los gerundenses, que abrieron sus puertas al ejército franco, hizo retroceder la frontera y abrió el camino para un ataque directo contra Barcelona.

Convocó una asamblea en Toulouse, a la que asistieron el rey de Asturias, Alfonso II, y Bahlul Ibn Marzuq, un líder muladí en rebelión contra el emir Al-Hákam I, que se había apoderado de Saraqusta.

El valí musulmán de Barcelona, Sa'dun al Ruayni, que había estado muy comprometido en la revuelta de Abu Marwan[2]​ y viendo que el asedio iba a ser prolongado, abandonó la ciudad para pedir ayuda a Córdoba, pero fue descubierto y capturado por las tropas francas, y luego enviado a la corte de Aquisgrán donde fue condenado al exilio o ejecutado.

Luis entró en la ciudad precedido por sacerdotes y clérigos que cantaban salmos, en procesión para dar gracias a Dios.

El territorio conquistado, sin embargo, tenía varios puntos débiles, y una frontera vulnerable que adolecía de mala defensa ante ataques musulmanes de la Marca Superior, reorganizada en torno a Saraqusta y su base avanzada en Làrida (Lleida).

[14]​ Aunque los carolingios lograrían tomar en 809 Tarragona y Tortosa en 811,[15]​ no pudieron nunca alcanzar el objetivo inicial de extender la frontera hasta el río Ebro.