Cristianismo en el siglo I

Después de su muerte, sus primeros seguidores formaron una secta judía mesiánica apocalíptica (judeocristianos) durante el período del Segundo Templo tardío.

[16]​ La cultura helenística tuvo un profundo impacto en las costumbres y prácticas de los judíos, tanto en la Judea romana como en la diáspora.

[18]​ El concepto del Mesías judío tiene su raíz en la literatura apocalíptica del siglo II–I a. C., que promete un futuro líder o rey de la línea davídica que sería ungido con aceite sagrado y gobernaría al pueblo judío durante la era mesiánica y el mundo venidero.

[34]​ Los únicos dos eventos sujetos al «asentimiento casi universal» son que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista y fue crucificado por orden del prefecto romano Poncio Pilato.

[58]​ De esta forma se produjo la definitiva separación del cristianismo primitivo y el judaísmo rabínico.

[64]​ El teólogo Juan Antonio Estrada ha destacado, por su parte, otro efecto: la «superación del templo, en favor de la comunidad».

[67]​[68]​ A las comunidades cristianas no solo se sumaron personas de ascendencia judía sino también antiguos «gentiles» (es decir, no judíos) que se habían convertido al judaísmo aceptando todas sus normas, incluida la circuncisión, por lo que eran conocidos como prosélitos (prosélytos); así como los llamados «temerosos de Dios» (en griego phoboúmenoi, y en latín metuentes) que asistían a la sinagoga pero no eran considerados legalmente judíos porque no estaban circuncidados ni aceptaban todas las reglas de conducta establecidas por la Ley de Moisés como la observancia estricta del sabbat.

[70]​ Tras su conversión desplegó una intensa labor de difusión del cristianismo por Siria, Asia Menor, Macedonia y Grecia.

[78]​ En sus cartas Pablo anuncia que «la antigua ley judía había quedado superada por la fe [pístis] en Cristo.

Según José Miguel García, «Wrede considera que Pablo, aunque tenga una base común con Jesús, es esencialmente un fenómeno nuevo; mientras que Jesús se halla dentro del judaísmo, Pablo, por su pertenencia al mundo helenístico, introduce un cambio radical en el cristianismo.

En concreto, Pablo incorpora una imagen nueva de Jesús, diferente del que fue históricamente: lo convierte en un ser trascendente, preexistente, divino.

El Segundo Templo de Jerusalén fue destruido, se puso fin a la teocracia hebrea y los judíos perdieron todos sus privilegios legales.

[87]​ Las comunidades cristianas antes del año 70 no se platearon escribir ningún libro, pero lo que sí hicieron fue intercambiar cartas entre ellas.

[98]​[100]​[101]​ Asimismo se extendió, aunque en menor medida, por las ciudades de la mitad occidental del Imperio, incluida la capital Roma.

[99]​ Las primeras creencias cristianas fueron proclamadas en kerygma (predicación), algunas de las cuales se conservan en las escrituras del Nuevo Testamento.

[108]​ El cristianismo será considerado a partir de entonces como «una más de las religiones mistéricas procedentes del Oriente que prometían la salvación personal» y, aunque sus cultos serán vistos como bárbaros y absurdos, serán tolerados mientras no alteraran el orden público.

[109]​ De hecho, hasta mediados del siglo III no tuvo lugar la primera persecución generalizada.

No se consideraba a los cristianos, por el hecho de serlo, como política o socialmente peligrosos», añade Teja.

[130]​ Una valoración compartida por José Fernández Ubiña: «los cristianos no mostraron interés por definir sus propios lugares de culto.

[129]​ Juan Antonio Estrada ha destacado asimismo que el cristianismo «fue también una religión de laicos, aunque hubiera cargos y funciones».

[134]​ Por otro lado también explica que cada «iglesia» tuviera «su teología, su concepción comunitaria, su liturgia y su cuerpo jurídico», diferenciado de las demás.

[138]​ Conforme la esperada parusía, o segunda venida de Cristo, se retrasaba, las comunidades cristianas fueron acentuando su carácter ético y testimonial.

[142]​ Los primeros cristianos se llamaban entre sí «hermanos» y una palabra habitual para designar a la comunidad era la de «fraternidad».

[149]​ En las primeras comunidades hubo mujeres diáconos (diaconisas) y hasta una apóstol Junia, mencionada por Pablo en la epístola a los romanos (Rom 16:7).

[150]​ No hay ninguna alusión a mujeres sacerdotes, lo cual es lógico porque en el siglo I toda la comunidad era sacerdotal.

[152]​ En los dos siglos siguientes se menciona a las diaconisas, pero no como diáconos, sino como auxiliares en la ceremonia del bautismo de las mujeres ya que el ritual exigía que se desnudasen cuando entraran en la pila bautismal y así no eran vistas ni tocadas por ningún varón.

En conjunto, la colección destaca por su simplicidad literaria, celo religioso y falta de filosofía o retórica helenística.

Sin embargo, la oración formulada en cuestión (birkat ha-minim) es considerada por otros eruditos como irrelevante en la historia de las relaciones judías y cristianas.

En los círculos cristianos, el nombre de «nazareno» se utilizó posteriormente como una etiqueta para aquellos fieles a la ley judía, en particular para una determinada secta.

Los ebionitas pueden haber sido un grupo disidente de nazarenos, con desacuerdos sobre la cristología y el liderazgo.

Judea y Galilea en la época de Jesús ( Yeshúa en hebreo).
Pedro y Pablo, representados en un grabado del siglo IV con sus nombres en latín y el crismón .
Esquema que representa la formación de los evangelios sinópticos . Al final del esquema se sintetiza una de las teorías más reconocidas que buscó explicar dicha formación: la teoría de las dos fuentes . La misma supuso que los evangelios sinópticos eran el resultado de dos documentos o fuentes comunes: el Evangelio de Marcos y una colección de dichos y breves discursos de Jesús conocidos como la fuente Q .
Estela funeraria de principios del siglo III ( Museo Nacional Romano ) en la que aparecen dos peces, motivo iconográfico utilizado por los primeros cristianos porque el acróstico ICHTYS , 'pez' en griego, indicaba su confesión de fe : «Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador». También aparece la inscripción ΙΧΘΥϹ ΖΩΝΤΩΝ ("pez de los vivos").