Al tiempo que el idioma clásico de Edesa se preservaba en una vasta colección literaria.Desde el siglo XII a. C., tribus arameas provenientes del sur se instalaron en lo que hoy es Siria e Irak.Los arameos de la Siria antigua jamás fundaron un imperio unitario, no obstante, lograron consolidarse en diversas ciudades-Estado tales como Damasco, Hamath y Arpad.En aquel tiempo, la literatura siriaca se compuso de una gran cantidad de obras versadas en Poesía, Prosa, Teología, Liturgia, Himnodia, Historia, Filosofía, Ciencia, Medicina e Historia Natural.Además, se tradujeron numerosos textos griegos al siríaco por autores como Sergio de Reshaina.Fue traducida a partir de la versión griega escrita en koiné, la más antigua que se haya conocido.Las diferencias cristológicas con la Iglesia persa tuvieron como consecuencia el irreconciliable Cisma Nestoriano, que escindió la comunidad de habla siriaca.Como resultado de esta división, el siriaco se desarrolló en dos distintas variantes: la occidental y la oriental.Luego de la conquista islámica durante el siglo vii d. C., el siríaco dio paso al árabe como idioma hablado en Oriente Próximo, quedando restringido su uso a las escasas comunidades cristianas que quedaron.Las invasiones mongólicas del siglo xiii contribuyeron a incrementar el rápido declive de esta lengua.Esta situación generó que con el tiempo el siríaco, a la par de su marginación y aislamiento, se fuera degradando en varios dialectos en los distintos rincones orientales donde se siguió hablando.Una cantidad importante abandonó la región y los emigrados se establecieron en diversos países occidentales.[4][5] Recientemente, se ha hecho un esfuerzo por escribir los dialectos hablados y proveerlos de una gramática estandarizada, entre otros motivos, para intentar paliar la desaparición de estas lenguas que se han vuelto extremadamente frágiles.Su alfabeto, como para las demás lenguas semíticas, proviene del fenicio y se compone de 22 letras que pueden unirse entre sí o no, según su posición en la palabra.A su vez, el alfabeto árabe fue tomado del nabateo, una escritura aramea utilizada en la región de Petra.Por ejemplo, ܫܩܠܝ̈ ܡܠܟܘܬܐ, šeqlay malkûṯâ expresaba la idea de "los impuestos del reino".Pero la relación construida no tardó mucho en ser abandonada por el uso de la partícula relativa ܕ, d-.De manera que la misma frase nominal ahora queda: ܫܩ̈ܠܐ ܕܡܠܟܘܬܐ, šeqlē d-malkûṯâ, en donde ambos sustantivos están en estado enfático.En este caso, ambos sustantivos continúan estando en estado enfático, pero el primero lleva el sufijo que hace referencia al otro, su complemento; es decir que lo modifica de suerte que se entienda como "sus impuestos" en alusión a "reino", dando a la frase el sentido literal de "sus impuestos del reino".La primera conjugación es el estado base o pə`al (su nombre sigue la forma de la raíz); forma verbal que porta el significado normal de la expresión.Los diversos dialectos vernáculos del arameo oriental moderno tienen pronunciaciones completamente distintas y estas a veces influyen en la forma en que se habla la lengua clásica, como por ejemplo, en una oración pública.
Homilía al
Evangelio de Juan
. Manuscrito siríaco en estilo
estrangelo
, siglo
ix
.
La sexta
bienaventuranza
(Mateo 5:8) de una
Peshitta
siríaca oriental.
Ṭûḇayhôn l'aylên daḏkên b-lebbhôn: d-hennôn neḥzôn l'allāhâ
. «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios».
Las palabras iniciales del
Evangelio de Juan
:
Brēšiṯ iṯaw[hy]-[h]wā melṯā
. «En el principio fue la Palabra». Escritas en los tres tipos de caracteres siríacos:
serto
,
madnhaya
y
estrangelo
.