Historia de Rumania

La helenización fue un suceso decisivo en la historia de todas las regiones ribereñas del Ponto Euxino, a las que confirió una fisonomía cultural casi inalterada hasta la antigüedad tardía.

Hacia el 70 a. C., Rumania fue poblada por los dacios, que eran diversas tribus procedentes de Tracia y residían a la orilla izquierda del río Danubio.

A pesar de las frecuentes guerras, la población romanizada conservó la lengua e identidad latina.

Los ostrogodos, de origen germánico y los gépidos, que vivían en comunidades sedentarias, fueron los primeros visitantes.

El pueblo huno controlaba Europa Oriental y Central alrededor 400, pero su imperio se desintegró en 454.

Los protobúlgaros establecieron su primer imperio hacia los años 670, incluyendo Dobruja y otros territorios a lo largo del bajo Danubio.

La mención de valacos que habitaban al sur del Bajo Danubio abunda en esas fechas.

Y la época medieval terminó con el reinado de Miguel el Valiente (r. 1593-1601), quien logró, durante un corto tiempo en 1600, gobernar los tres principados de Valaquia, Moldavia y Transilvania, cuyos territorios se unirían unos tres siglos más tarde para forma Rumania.

En el reino, los campesinos rumanos, al ser ortodoxos, estaban exentos del diezmo (tithe), un impuesto eclesiástico que pagaban todos los plebeyos católicos.

Aunque Valaquia rindió homenaje al Imperio otomano desde 1417 y a Moldavia desde 1456, sus dos monarcas medievales, Mircea el Viejo de Valaquia (r. 1386-1418) y Esteban el Grande de Moldavia (r. 1457-1504) llevaron a cabo exitosas operaciones militares contra los turcos otomanos.

Rumanía en la Edad Moderna se refiere al período histórico que va desde la conquista ante el Imperio otomano del territorio ahora incluido en la Rumanía actual, entre 1529 y 1530, hasta las fases que precedieron al despertar nacional, en la primera mitad del siglo XIX.

Miguel, sin embargo, estaba más interesado en hacerse querer por la nobleza de Transilvania y menos en apoyar a los siervos rebeldes.

En busca de prosperidad, los boyardos comenzaron a invadir las tierras campesinas y su lealtad militar al príncipe disminuyó.

La vida cultural, social y económica en Valaquia floreció bajo el gobierno de Constantin Brâncoveanu (r. 1688-1714).

Como en la primera mitad del siglo XVII, el conflicto entre los dos principados debilitó su situación de política exterior.

Los dos principados continuaron desempeñando un importante papel cultural y religioso en el sureste de Europa.

Así apareció en 1711 la primera Biblia en escritura árabe para los cristianos sirios con la ayuda financiera de Brâncoveanu.

Valaquia y Moldavia nunca fueron provincias del Imperio otomano, aunque sus príncipes tuvieron que pagar tributo a los sultanes en repetidas ocasiones para mantener su independencia.

Muy pronto también Austria no solo gobernaría en Transilvania sino también se introdujo en la pelea contra los turcos a lo largo de los siglos XVII y XVIII.

Con la expansión e influencia del Imperio ruso a partir de 1775, la Revolución francesa, las Guerras napoleónicas y la independencia de Grecia, ya Rumania proclamaba también su autodeterminación nacional con Tudor Vladimirescu, quién abolió la administración fanariota en favor del principado.

Luego, se tuvo una relativa estabilidad política hasta la Gran Depresión de 1929, en la cual el país quedó vulnerable a los ataques fascistas y huelgas obreras.

Creció asimismo el comercio con Alemania, única potencia dispuesta a importar los productos rumanos en grandes cantidades, aunque en un régimen de trueque que no permitía al país ganar divisas sino sólo lograr productos industriales alemanes (singularmente armamento), mientras que los tradicionales aliados anglo-franceses no hacían esfuerzos en dar salida a las exportaciones rumanas, poco competitivas y secundarias respecto al comercio con las colonias de ambas potencias.

Los gobiernos del país mantuvieron, sin embargo, una hostilidad permanente hacia la Unión Soviética, tanto por razones sociales como territoriales (disputa por Besarabia).

Alemania se negó a garantizar las nuevas fronteras rumanas hasta que el país no resolviese sus disputas territoriales con Hungría y Bulgaria.

En política nacional tales pérdidas forzaron la renuncia del rey Carol II, totalmente desacreditado.

Luego Corneliu Mănescu e Ion Iliescu se pusieron al frente del país hasta las primeros días de 1990.

Mientras éste gobernaba como presidente, Petre Roman como premier intentó sin éxito apaciguar las protestas obreras, por lo que se vio obligado a dimitir en favor de Theodor Stolojan.

Más aún, con la transición se planteó el problema de las minorías étnicas, con los gitanos, y con los húngaros en Transilvania.

Estos últimos se agruparon en la Unión Democrática Magiar de Rumanía, que pasó a formar parte del gobierno en 1996.

Aprovechando estos problemas, el exmonarca Miguel I, intentó sin éxito restaurar la monarquía.

Poblaciones neolatinas rumanas en los Balcanes actuales
Ruinas de Ulpia Traiana Sarmizegetusa, capital de la Dacia Romana .
Territorio húngaro después de la batalla de Mohács , en 1526. Las fronteras del reino húngaro en negro, las otras áreas de los Habsburgo en azul y verde; Transilvania en violeta y el Imperio otomano en rojo.
Juan Segismundo de Zápolya , primer principe de Transilvania (r. 1541-1571) arrodillado ante el sultán Suleimán el Magnífico en 1556 prestando vasallaje.
Los principados de Valaquia, Transilvania y Moldavia se unieron bajo Miguel el Valiente durante cuatro meses en 1600.
Mapa de Europa en 1648 que muestra Transilvania y los dos principados rumanos: Valaquia y Moldavia
Constantin Brâncoveanu , príncipe de Valaquia (r. 1688-1714), retrato contemporáneo de 1699, Monasterio de Santa Katarina, Monte Sinaí
Los principados de Moldavia y Valaquia en 1786, mapa italiano de G. Pittori, desde el geógrafo Giovanni Antonio Rizzi Zannoni.
Los principados rumanos en el período 1793-1812
Miguel el Valiente, fresco en la catedral de Alba Iulia
Nicolae Mavrocordat, primer gobernador fanariota de los principados del Danubio
La "Gran Rumanía" tras la Primera Guerra Mundial, incorporando Transilvania, Besarabia y Bucovina y numerosas minorías.
Carol II monarca durante la década de 1930 y figura que marcó la misma, debilitando el sistema parlamentario a la vez que fomentó la industrialización del país.
El caudillo rumano Antonescu (derecha) junto al ministro de exteriores alemán Ribbentrop.
La pérdida del territorio rumano después de 1945