Durante aquella época, el país alcanzó su máxima extensión territorial, pero incorporó minorías hostiles que causaron crisis políticas al final del período.[1] Todos estos territorios contaban con una mayoría de cultura rumana,[2] aunque también albergaban abundantes minorías.[10] La concesión final del crédito de estabilización que Brătianu no había logrado obtener le permitió aplicar ciertas medidas modernizadoras.El experimento resultó un fracaso[14] y Carol volvió a los cortos gabinetes nacional-campesinos que hundieron al partido definitivamente en la crisis.[15] Iorga celebró las elecciones más corruptas del periodo,[14] fracasó en sacar al país de la crisis y aplicó medidas poco eficaces.[14] El primer ministro que se alternó con Maniu al frente de los últimos gabinetes nacional-campesinos, Alexandru Vaida-Voevod, se fue inclinando hacia la creciente ultraderecha[15] y abandonó poco después el partido para formar su propia diminuta formación de derecha radical xenófoba.[17] Su largo gobierno se caracterizó también por una cierta mejoría económica, que no alcanzó, sin embargo, a la gran masa de campesinos pobres.[17] Con un programa que aseguraba a cada sector social lo que deseaba oír, la Guardia fue ganando adeptos tanto en el campo como en la ciudad, entre la escasa clase obrera insatisfecha con los pasivos sindicatos y la burguesía en crisis (universitarios en paro, militares mal pagados, funcionarios despedidos...).[24] Juzgado dos veces, Codreanu fue condenado la última a diez años de trabajos forzados por alta traición.[36] Dos días después de estos sucesos, Antonescu aprobó duras medidas para acabar con los desórdenes causados por los Legionarios.[44] La tarde del 23, el general ordenó al Ejército aplastar la rebelión, que lo logró en pocas horas.Todas estas posibles disputas, que se intensificaron en los meses anteriores y posteriores al estallido de la Segunda Guerra Mundial, preocuparon a los Gobiernos rumanos.[49] Se negociaron también una serie de alianzas con los países beneficiados por los cambios territoriales de la guerra, como Yugoslavia y Checoslovaquia, con los que se formó entre 1920 y 1921 la llamada Pequeña Entente, o Polonia, interesada como Rumanía en contener el peligro soviético a sus fronteras orientales.[49] El pacto con los polacos se firmó para asegurar ayuda mutua a los dos países en caso de agresión soviética.[54] Tras el acuerdo germano-soviético, la política exterior se encontraba a la deriva, eliminada la Pequeña Entente, invadida Polonia y con los aliados occidentales cada vez más alejados de los Balcanes.[54] A la vez, el rey intentó mediar entre Alemania y los anglo-franceses para lograr una paz que permitiese la unión de estas potencias frente a la Unión Soviética, que el monarca consideraba cada vez más como la mayor amenaza para Rumanía, tanto territorial como socialmente.[55] La cooperación económica con el Reich y las medidas contra los saboteadores dieron sus frutos en la primavera de 1940.[80] Ortodoxos (72.6) Grecolatinos (7.9) Católicos (6.8) Calvinistas (3.9) Luteranos (2.2) Unitarios (0.4) Hebreos (4.2) Musulmanes (1) Otros (0.6) Baptistas (0.4) Rumanos (71.9) Magiares (7.9) Germanos (4.1) Rusos (2.3) Checoslovacos (0.3) Judíos (4) Turcos y tártaros (1) Gitanos (1.5) Gagauzos (0.6) Otros (0.9) Ucranianos (3.2) Yugoslavos (0.3) Búlgaros (2) Agricultura (72.3) Industria (8.6) Profesiones liberales (6.4) Servicios públicos (4.8) Comercio y banca (4.2) Transporte y comunicaciones (2.8) Minería (0.9) El nuevo país contaba con gran variedad de religiones entre sus ciudadanos, que solían corresponderse con su comunidad.[84] En Transilvania, región como casi todos los nuevos territorios del reino con numerosas minorías, se llevó a cabo una política de reversión del anterior proceso de magiarización, con notable éxito entre la minoría alemana, no así entre los judíos, que mantuvieron en buena parte su cultura magiar.[85] Escasamente integrados y poderosos económicamente como comunidad, eran víctima de la xenofobia relativamente extendida en el país.[85] El resto de minorías no sufría una discriminación tan aguda, pero soportaba la mala administración rumana, especialmente en Besarabia, la provincia más atrasada y, a la vez, la peor gobernada.[87] La reforma tardó en llegar más de cuatro años y se necesitaron tres decretos sucesivos que concretasen su aplicación.[87] Pese a la tardanza, la reforma fue profunda: la más extensa aparte de la realizada por el Gobierno revolucionario ruso.[87] Besarabia también había promulgado su reforma agraria, como Transilvania, en el breve periodo entre la pérdida de control del Gobierno central anterior y su anexión a Rumanía.[89] La reforma besaraba se aprobó rápidamente para legitimar las ocupaciones campesinas, pero limitarlas, mientras que la transilvana fue un modelo de legislación centroeuropea.[93] Casi todo el periodo de la posguerra hasta 1928 estuvo controlado por Gobiernos liberales o afines.[100] Las medidas no sirvieron, sin embargo, para recuperar un nivel suficiente de crédito y ni siquiera en 1939 se había logrado establecer un sistema crediticio eficaz.El proceso conllevó una gran corrupción, centrada en los círculos de poder cercanos al rey Carol.[105] Impulsó entonces un sistema de trueque mediante cuentas compensatorias con países poco industrializados que podían suministrar materias primas interesantes para el Reich, entre ellos Rumanía.El acuerdo no supuso, sin embargo, un control total de la economía rumana por parte de Alemania, pues se firmaron al poco otros tratados comerciales entre Rumanía y Francia y el Reino Unido, aunque acrecentó su influencia económica.
Ion I. C. Brătianu
, numerosas veces primer ministro y figura principal del
Partido Nacional-Liberal
(PNL), controló la política rumana de la posguerra hasta su muerte en 1927, gracias en parte a su influencia con el rey
Fernando I
. Poco después de su fallecimiento, el PNL entró en crisis.
Carol II
, monarca durante la década de 1930 y figura política principal del periodo. Controló la política interna del país casi desde su vuelta al país en 1930 y la exterior desde 1936, tras el relevo del ministro de Asuntos Exteriores proaliado
Nicolae Titulescu
. Su intento de mantener una posición de equilibrio entre las grandes potencias fracasó.
Nicolae Titulescu
, con sombrero claro, la personificación de la política profrancesa de Rumanía hasta mediados de los años 1930.
Soldados alemanes retirando la barrera fronteriza con Polonia el 1 de septiembre de 1939.
El fin de la «Gran Rumanía» de entreguerras: las pérdidas territoriales del verano de 1940 hundieron el régimen real.
Reparto del
Banato
entre Hungría, Rumanía y Yugoslavia tras la
Primera Guerra Mundial
. La porción yugoslava había sido prometida a Hungría por Alemania por su participación en el
ataque a Yugoslavia
, pero, dada la hostilidad rumana, permaneció bajo administración alemana.
Territorio adjudicado a Rumanía
Territorio adjudicado a Yugoslavia
Territorio adjudicado a Hungría
Campesinos rumanos a comienzos del siglo
XX
. La mayoría de la población rumana de entreguerras trabajaba la tierra en duras condiciones, a pesar de la reforma agraria de la posguerra.
Campos petrolíferos rumanos, cada vez más codiciados en la carrera de armamentos de la segunda mitad de la década de 1930. Rumanía era el principal suministrador de petróleo de
Alemania
, junto con la
URSS
.