Libertad de culto

En las democracias modernas generalmente el Estado garantiza la libertad religiosa a todos sus ciudadanos, pero en la práctica la elección del credo está dado generalmente por costumbres familiares y sociales, asociándose frecuentemente ciertas sociedades a ciertas religiones.

La intuición de que es un derecho humano fundamental, un privilegio natural, que todo hombre pueda expresar su fe según sus propias convicciones ya había sido expresada por Tertuliano en el siglo III, y fue el mismo Tertuliano quien acuñó la expresión "libertad religiosa" (libertas religionis).

Allí se mantuvo viva la cultura húngara por más de un siglo y medio.

En febrero de 1798, fue arrestado en Roma el papa Pio VI y extraditado a Francia.

[3]​[4]​ Actualmente España declara la libertad de culto en su constitución pero confiere un estatus especial a la religión católica que no da a otras religiones, consistente en darle sustento económico y privilegios jurídicos.

[5]​[6]​ En España, la libertad religiosa o de culto se basa esencialmente en el art.

A veces se prohibieron otras prácticas o rituales diferentes a los católicos argumentando razones humanitarias (las religiones animistas o politeístas indígenas de América en algunos casos incluían sacrificios humanos).

En los diferentes países conquistados por España bajo el gobierno de los Reyes Católicos se estableció la denominada Santa Inquisición en 1569, con el fin de detectar y reprimir ritos secretos y costumbres distintas o contrarias al catolicismo.

Sin embargo, desde 1575 se prohibió que la Inquisición actuara contra los indios a causa de su reciente bautismo.

Hasta el siglo XX algunos Estados empezaron a adoptar medidas del derecho internacional por la que se declaraba libertad de culto, además de proclamar la separación entre Iglesia y Estado.

Uno de los momentos más álgidos ocurrió en México a partir de 1926 bajo el presidente Plutarco Elías Calles, en que se prohibió el culto católico y se persiguió a los fieles católicos con diversas medidas.

Estas leyes contaban con el rechazo popular, y después de diversos intentos pacíficos de solución y varias muertes violentas por fanatismo anticlerical, se produjo un levantamiento popular, conocido como Guerra Cristera.

Desde 1931 la persecución se convirtió en tolerancia, pero no fue hasta 1992 que las leyes volvieron a adecuarse al derecho internacional en materia de libertad religiosa.

El régimen cubano, sin embargo, ha sido acusado repetidas veces de violar la libertad religiosa al discriminar a ciudadanos católicos con diversas medidas.

En la actualidad, según algunas organizaciones internacionales[cita requerida], los católicos no pueden acceder a ningún puesto de responsabilidad.

[cita requerida] Otras confesiones religiosas, como la santería o las iglesias protestantes, reciben un trato peor.

Se pueden distinguir cuatro tipos de posiciones: los países que consagran legalmente la libertad total (Estados laicos), los que declaran la libertad aunque confiriendo un estatus especial a la Iglesia católica y los que declaran libertad pero consideran el cristianismo de la Iglesia católica como la religión oficial del país (Estados confesionales).

Esa categoría incluye: Afganistán, Cuba, Egipto, India, Irak, Israel y los Territorios Ocupados, Laos, las Maldivas, Pakistán, Rusia, Sri Lanka, Sudán, Turkmenistán, Venezuela, Vietnam.

Un mapa[25]​ señala las diferentes categorías de países en cuanto al respeto a esta libertad.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos garantiza la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.
El presidente peruano Luis Sánchez Cerro en la ceremonia de promulgación de la Constitución de 1933 donde el Perú deja de ser un estado confesional para convertirse en un estado laico .
Libertad de culto por país ( Pew Research Center en 2009). Amarillo claro: baja restricción. Rojo: alta restricción a la libertad de religión.