El arte sacro es una denominación utilizada para todas aquellas producciones artísticas que tienen como fin un culto a lo sagrado o divino.
[1] El arte sacro era común en la Edad Media europea, pero muchos de los mayores maestros fueron mandados por la Iglesia católica durante el renacimiento.
Fue durante ese tiempo cuando Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina y talló la Pietà, Gian Lorenzo Bernini creó las columnas en la Basílica de San Pedro y Leonardo da Vinci pintó La Última Cena.
El género del arte sacro perdió la mayor parte de su vigor desde el Renacimiento, pero los temas son todavía populares como muestra Salvador Dalí en el siglo XX con obras como su Crucifixión.
La corriente estilística que más se ha preocupado por la iconografía cristiana en la época contemporánea han sido los expresionistas.