Principados del Danubio

Pocos años después, Moldavia alcanzó igualmente su independencia bajo el gobierno de Bogdan I (1359-1365).

En ambos casos, un príncipe teóricamente elegido por la nobleza (los boyardos) y el alto clero, gobernaba en nombre del sultán.

Ese mismo año, Moldavia fue el escenario de la campaña del río Prut, una expedición militar rusa con la que el zar Pedro I, a la cabeza de su ejército, pretendió invadir el principado con la colaboración del príncipe Demetrio Cantemir.

[4]​ El nombre de este período hace referencia a los fanariotas, poderosos comerciantes griegos residentes en Fanar (Estambul), que fueron nombrados por decreto del sultán (firman), abandonando la costumbre de elegir a los príncipes por votación entre la aristocracia nativa.

Entre 1769 y 1774, durante el transcurso de una nueva guerra contra Rusia, los ejércitos rusos ocuparon los principados danubianos.

Poco después, el emperador austríaco, aliado con la zarina Catalina II desde 1783,[8]​ entró en el conflicto en apoyo de Rusia.

En 1802 un edicto del sultán estableció que el gobierno de un príncipe debía durar, al menos, siete años.

[15]​ En mayo de 1812 Francia rompió sus relaciones diplomáticas con Rusia y se preparó para su invasión.

Ese mismo mes, para centrarse en la amenaza francesa, el zar firmó el Tratado de Bucarest con el Imperio turco.

Aunque los principados fueron devueltos al sultán, el Imperio otomano tuvo que ceder todos los territorios situados más allá del río Prut.

De esta forma, Rusia pasó a controlar las fértiles tierras situadas entre el Prut y el Dniéster.

Según el nuevo plan, Ipsilanti, al mando de un pequeño destacamento, entraría en Moldavia desde Rusia cruzando el río Prut y avanzaría hacia el sur para capitanear una insurrección general de la población cristiana contra el poder otomano en Europa.

[23]​ Finalmente, organizó una Asamblea del Pueblo con representantes del campesinado y un «ejército» formado por ocho mil campesinos con el que marchó a Bucarest, ciudad que ocupó a comienzos de abril.

Sin embargo, el zar condenó la actuación de Ipsilanti y apoyó la intervención otomana para restaurar el orden en los principados.

La colaboración entre los ejércitos de Vladimirescu e Ipsilanti fue imposible debido a la desconfianza entre sus líderes.

Si en seis semanas no se satisfacían sus demandas, el zar declararía la guerra al sultán.

[27]​ Según este tratado, los barcos mercantes rusos tendrían libre tránsito por los Estrechos de los Dardanelos y el Bósforo, paso obligado entre el mar Mediterráneo y el mar Negro, al tiempo que se derogaba el monopolio comercial turco en los principados danubianos.

Estos, además, debían permanecer un mínimo de siete años en su puesto y no podrían ser depuestos por el sultán sin el consentimiento del zar.

Las potencias europeas decidieron bloquear Morea con la intención de aislar al ejército turco-egipcio que luchaba contra los griegos y forzar un armisticio.

Sofocada las revueltas se firmaron los Tratados de Balta Liman, no retirándose las tropas ocupantes hasta 1851.

Los principados de Moldavia y Valaquia en un mapa italiano de 1786.
Carlos I de Hungría abandona el campo de batalla al ser derrotado por los valacos en la batalla de Posada (1330).
Frontera occidental del Imperio otomano antes de la Paz de Karlowitz (1699).
Territorios europeos del Imperio otomano en 1714.
Evolución territorial de los principados durante el s. XVIII: cesión a Austria de la zona occidental de Valaquia (1718-1739) y adquisición austríaca de la parte noroccidental de Moldavia (1775).
Sudeste europeo tras la Paz de Bucarest (1812). En verde claro el territorio cedido a Rusia (posteriormente conocido como Besarabia ). Al norte de Moldavia se puede apreciar el cambio brusco en la frontera producido por la cesión de Bucovina en 1774 a Austria.
Toma de Bucarest por el ejército otomano