La batalla de Drăgășani fue un combate entre las fuerzas otomanas y las rebeldes de la Filikí Etería acaudilladas por Aléxandros Ipsilantis que marcó el fracaso del levantamiento en los Principados del Danubio.[2] Cuando la situación de los rebeldes empeoró por la condena del patriarca de Constantinopla y del zar ruso y la inminente campaña de reconquista otomana, la Filikí Etería secuestró y asesinó a Vladimirescu para asegurarse la retaguardia.[3] Seguidamente, las fuerzas de Ipsilantis, unos dos mil quinientos jinetes, quinientos hombres del Batallón Sagrado —griegos expatriados— y entre tres y cuatro mil infantes, se replegaron a Râmnicu Vâlcea.[3] Agotados y sin experiencia militar, los bisoños del batallón atacaron a los turcos, cuya caballería los desbarató.[6] La hueste rebelde quedó desbaratada y los hermanos Ipsilantis se refugiaron en Austria.