La Convención impuso que los hospodares de Moldavia y Valaquia debían ser elegidos por las respectivas Asambleas por un periodo de siete años, con la aprobación de las dos potencias firmantes.
Los otomanos también aceptaron ceder a Valaquia el control de los puertos del río Danubio de Giurgiu, Brăila y Turnu.
La Convención también abordó el levantamiento de Serbia: en el artículo 5 se reconoció la autonomía del Principado de Serbia según lo dispuesto en el Tratado de Bucarest.
[1] Los serbios también consiguieron libertad de movimiento a lo largo de todo el Imperio otomano.
El rechazo de la convención por parte del sultán Mahmut II causó la guerra ruso-turca (1828-1829).