Columna de Trajano

La celda que hay en su base tenía la función de sepulcro para los restos del emperador.

También era posible una lectura «abreviada» sin necesidad de girar alrededor del fuste de la columna para seguir todo el relato, sino apreciando las escenas siguiendo un orden vertical, dado que su superposición en las diferentes vueltas parece seguir una lógica coherente.

Fue una novedad absoluta en el arte antiguo y se convirtió en la obra más vanguardista del relieve histórico romano.

Además, el friso helicoidal recordaba todas las hazañas de Trajano, celebrándolo como comandante militar.

Se deben recordar las intenciones del jefe militar de Napoleón en Roma, el general François René Jean de Pommereul, el cual buscaba una manera para retirar la columna y enviarla a Francia.

Este propósito irracional fue impedido por los elevadísimos costes de transporte y por los enormes obstáculos administrativos pontificios que ralentizaron el proceso.

La columna es del tipo «centenario», es decir, tiene una altura de cien pies romanos,[5]​[6]​ equivalentes a 29.78 metros, que se elevan a unos 39.86 metros si se incluye el alto pedestal en la base y la estatua en la cima.

En las esquinas del pedestal hay cuatro águilas que sostienen una guirnalda de laurel.

La escalera está iluminada por cuarenta y tres troneras dispuestas a intervalos regulares, abiertas en el friso pero no concebidas en la época de la construcción.

Los 200 metros del friso historiado continuo se enrollan alrededor del fuste veintitrés veces,[7]​ como si fuera un rollo de papiro o de tela, y muestran entre cien y ciento cincuenta escenas (según la manera en la que se dividan) animadas por unas dos mil quinientas figuras.

Las escenas están ambientadas en contextos bien caracterizados, con rocas, árboles y construcciones: por ello parecen referirse a episodios específicos presentes en la mente del artífice en lugar de ser representaciones genéricas idealizadas.

No faltan notas más puramente temporales, como la recolección del grano (escena 83) para aludir al verano, cuando se produjeron los sucesos de la segunda campaña.

Un ritmo acelerado, de acción, une entre sí las diferentes imágenes, cuyo verdadero protagonista es el valor, la virtus del ejército romano.

El artista probablemente copió un modelo dibujado, ya que son numerosos los motivos «pictóricos» del relieve.

En cambio, es típicamente romana la narración clara e inmediata, siguiendo las características del arte plebeyo.

La construcción de los episodios, sobre todo los de batalla, está proyectada inteligentemente, con líneas quebradas que dan movimiento al conjunto; la figura del emperador está exaltada en su personalidad racional y consciente, pero no es nunca sobrehumana.

[11]​ Las escenas duras, como los suicidios colectivos o la deportación de familias enteras, están representadas con notas dramáticas y piadosas.

Trajano, como ya se ha dicho, aparece cincuenta y nueve veces en los relieves de la columna.

Por tanto, se puede decir que los relieves no tenían un carácter celebrativo o laudatorio, sino más bien documental.

Se trata seguramente de la personalidad artística más notable en el campo del arte oficial romano.

La Columna de Trajano en torno a 1850.
Base con trofeos de guerra, como una armadura de escamas .
Detalle de los relieves.
Barcos de remo en el río Danubio.
Los relieves de la columna cerca de su base, vistos desde el este.
Relieves del Mausoleo de Glanum .
Escenas 22-23 (abajo) y 27-28 (arriba).
Suicidio de Decébalo alcanzado por los romanos (108).
Trajano conversando con Licinio Sura.