Su padre había fundado un almacén de ramos generales en 1888, con el cual no amasó una gran fortuna.
De su primer matrimonio con Catalina Lértora tuvo tres hijos y luego enviudó.
Luego integró los llamados Centros Cívicos Coronel Perón (o también conocido como Partido Independiente, dirigidos por el coronel Juan Filomeno Velazco, que,[2] junto al Partido Laborista y la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, contribuyó al triunfo electoral de Perón en 1946.
[11] Luego de salir del penal, los seis dirigentes escaparon en un auto que los esperaba conducido por Manuel Araujo, hacia la frontera con Chile, donde ingresaron a pie por un área despoblada y procedieron a pedir asilo en la ciudad de Punta Arenas.
Cooke le contesta en ese momento que Cámpora, si bien era un hombre leal, no era un hombre de lucha y había prometido no volver a actuar en política:[13] Campora recién volvería a la Argentina una vez cerradas sus causas judiciales.
La palabra "subversión", precisamente, se convirtió en un lugar común para justificar la represión contra quienes resistían a la dictadura.
La dictadura intentó una salida electoral que incluía al peronismo, pero que debía estar controlada por los militares y consagrar finalmente como presidente, al general Alejandro Agustín Lanusse, como resultado de un pacto denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN).
Perón designó como su delegado personal a Jorge Daniel Paladino, que exhibió una postura favorable aceptar el pacto con los militares, en la mesa de partidos políticos denominada La Hora del Pueblo, creada para negociar con la dictadura.
La intención original del líder justicialista era realizar una alianza peronista-radical, de "unidad nacional", que presentara la fórmula Perón-Balbín, pero el impedimento establecido por la dictadura y la oposición interna en ambos partidos, frustró dicha opción.
[24][25] Pero durante la campaña fue quedando en evidencia que el apoyo al peronismo superaba largamente las estimaciones de la dictadura.
Crecieron las presiones militares y de los sectores conservadores para no realizar las elecciones y a fines de enero el propio Lanusse pensó seriamente en postergar las elecciones generales, para reemplazarlas por un sistema escalonado que comenzara por el nivel municipal.
El contexto mundial por su parte estaba marcado por la Guerra Fría y la Doctrina de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, que exigía que los países latinoamericanos utilizaran sus fuerzas armadas para reprimir la "infiltración marxista".
[38] Por su parte, las guerrillas peronistas (FAP, FAR y Montoneros), decidieron suspender la lucha armada a partir de la asunción del gobierno democrático, pero también mantenerse organizadas, ante la eventualidad de que surgieran organizaciones armadas que atacaran al peronismo revolucionario.
El 20 de abril Rodolfo Galimberti anunció que era partidario de crear "milicias populares", hecho al que Perón mismo respondió expulsándolo del Consejo Superior del Movimiento Peronista, donde representaba a la juventud,[39] siendo designado en ese cargo Dante Gullo.
La dictadura declaró la ley marcial y la Marina estuvo cerca de evitar que asumiera el gobierno democrático.
[46] En los últimos días la prensa anunció que la dictadura estaba considerando una ley de amnistía limitada, pero la misma no se concretó y aunque dos días antes fueron liberadas 96 personas detenidas al cesar el estado de sitio, el poder se transfirió con casi cuatrocientos presos políticos.
[49] La multitud agredió a los tres dictadores que integraban la Junta Militar, insultándolos y destruyendo los vidrios del auto que traía al jefe de la Aeronáutica brigadier Carlos Rey y agrediendo físicamente al almirante Carlos Coda, imputándole la Masacre de Trelew, quien repelió la agresión mediante disparos de su custodia hiriendo gravemente a doce personas.
Para el momento que Cámpora juró como presidente, poco después del mediodía, ya había unanimidad en el Congreso de que la amnistía debía ser amplia y comprender a todos los presos políticos.
Finalizada la ceremonia de asunción, una enorme manifestación estimada en 50 mil personas, conocida como la "Marcha de la Liberación", se dirigió en Buenos Aires a la cárcel de Devoto, para liberar a los presos que allí estaban, desencadenando una pueblada que se ha conocido como el Devotazo, aunque lo mismo sucedía en otras cárceles del país.
Su breve gobierno se caracterizó por la búsqueda de acuerdos políticos y sociales, tanto dentro como fuera del peronismo.
Durante este período Montoneros decidió suspender la lucha armada y emprendió una política de relaciones con las Fuerzas Armadas que se expresó, a su propuesta, en la designación del general Jorge Carcagno, como comandante en jefe del Ejército, abandonando la Doctrina de la Seguridad Nacional —que identificaba como enemigo al marxismo—.
Hasta diciembre de 1973 Montoneros y las Fuerzas Armadas mantendrían un diálogo fluido a través de los coroneles Jaime Cesio y Carlos Dalla Tea, que se vería interrumpido cuando Perón, ya presidente, removió a Carcagno.
[66] La política internacional llevada adelante por Cámpora, a través de su canciller Juan Carlos Puig, estuvo orientada a reducir la dependencia argentina de Estados Unidos y evitar la alineación automática, diversificando las relaciones internacionales, tanto políticas como comerciales.
Entre los rectores designados en las universidades nacionales —en muchos casos con apoyo o por reclamo del movimiento estudiantil— se encontraban Rodolfo Puiggrós-Ernesto Villanueva (UBA), Roberto Vicente Carretero (UNCuyo),[72] Francisco Luperi (Córdoba),[73] Rodolfo Agoglia (UNLP),[74] Victor Benamo (UNS),[75] Ángel Brovelli (UNR),[76] y Roberto Ceretto (UNL).
[84] Hasta diciembre de 1973 Montoneros y las Fuerzas Armadas mantendrían un diálogo fluido a través de los coroneles Jaime Cesio y Carlos Dalla Tea, que se vería interrumpido cuando Perón, ya presidente, removió a Carcagno.
Esta polaridad sin embargo, no daba cuenta acabada de las complejidades que tomaban los conflictos en los países periféricos.
[89] La oposición de los sectores conservadores se focalizarían en lo que consideraban una tendencia a la "sovietización" del gobierno peronista,[90][91] argumento que también utilizaría la dictadura militar instalada en 1976 para justificar el derrocamiento del gobierno constitucional, instalando el conflicto en la lógica binaria de la Guerra Fría.
Todas las organizaciones guerrilleras que actuaban al momento de asumir el presidente Cámpora, decidieron continuar organizadas, pero mientras que las guerrillas peronistas habían decidido suspender la lucha armada y caminar hacia una fusión en nuevos términos con las Fuerzas Armadas,[60] el ERP había anunciado el 13 de abril que no dejaría de combatir a los "enemigos del pueblo".
Cuando la dictadura militar estableció la restricción para presentarse como candidato presidencial a quienes no tuvieran su residencia en la Argentina después del 25 de agosto de 1972, con el fin de impedir que Perón lo hiciera, el propio Perón alertó sobre el peligro que significaba conformar un gobierno que dejara al margen a la persona más representativa del país: El alerta de Perón no fue atendido y la dictadura le prohibió presentar su candidatura, dando así origen a una situación política de alta inestabilidad, debido a que la institucionalidad no se correspondía con el poder real.
Al día siguiente Cámpora y Solano Lima presentaron sus renuncias ante el Congreso Nacional reunido en Asamblea Legislativa (ambas cámaras juntas), que aprobó las mismas y le tomó el juramento constitucional como presidente de la Nación a Raúl Lastiri, miembro, al igual que su suegro, de la logia anticomunista Propaganda Due, dirigida por Licio Gelli.