Las puebladas en Argentina entre 1969 y 1972 fueron una serie de insurrecciones populares sucedidas en ese lapso en varias ciudades del llamado «interior» argentino, todas ellas conocidas con denominaciones terminadas con el sufijo aumentativo «azo», razón por la cual se las conoce también como «el ciclo de azos».
El asesinato produjo la indignación generalizada de la población, desencadenando una batalla campal contra la policía en toda la ciudad.
En la plaza Independencia se inició un enfrentamiento generalizado con la policía provincial, en el que los manifestantes estuvieron a punto de tomar la casa de gobierno y tomaron control efectivo de la ciudad durante toda la noche y la madrugada del día siguiente, cuando la policía recién pudo retomar el control.
Debido a la inactividad del sindicato UOCRA dirigido por Rogelio Coria, cercano al gobierno militar, los obreros de la obra eligieron sus delegados.
La situación previa al estallido era de gran conflictividad sindical, política y estudiantil.
La represión estuvo dirigida por el general Alcides López Aufranc y contó con la participación de la Brigada Antiguerrillera al mando del comisario Alberto Villar.
Pero al día siguiente la insurrección alcanzó tal nivel, que el interventor se vio obligado a renunciar.
Al día siguiente, el tradicional diario local La Voz del Interior, haciendo uso del afamado humor cordobés, publicó una caricatura que mostraba una víbora comiéndose al interventor Uriburu.
El desastre natural impulsó la organización de los vecinos para ayudar a los damnificados y recuperar la ciudad.
Ante el desborde de la policía local, fueron enviados refuerzos que reprimieron la insurrección sindical y quedando detenidos varios militantes.
La CGT declara entonces la huelga general por tiempo indeterminado, quedando la ciudad paralizada y como territorio de enfrentamiento entre los obreros con la policía.
La respuesta de Francisco Gabrielli, histórico dirigente del Partido Demócrata (conservador), fue prohibir las manifestaciones en la provincia.
Dos días después debía llevarse a cabo la huelga general en todo el país que había declarado la CGT.
En Mendoza la huelga general obró como catalizador de todos los conflictos sociales que se venían acumulando en la provincia.
Al día siguiente (5 de abril) la CGT local decretó la huelga general que tuvo acatamiento masivo, pese a que debido a la censura no fue difundida por los medios de comunicación masivos.
Una multitud se movilizó para hacerse presente el entierro de Ramón Quiroga y los enfrentamientos se extendieron a los departamentos de Guaymallén y Las Heras, que fue declarada por los insurrectos "zona liberada.
Este último día fue asesinado también el estudiante Luis Mallea, de 18 años.
La CGT local apoyó la insurrección y declaró un paro general luego del crimen de Villalba.
El hecho indignó a los asistentes, entre quienes se encontraban los profesionales, empresarios y políticos más influyentes de la ciudad.
La asamblea decidió tomar la municipalidad vacante, hecho que logró luego de enfrentar a la policía.
[31] Las fuerzas militares rodearon la ciudad y pactaron con la Comisión Provisoria la entrega del edificio municipal, procediendo en los días siguientes a detener a los miembros de la Comisión Provisoria y los militantes que estaban organizando la pueblada.
Terminado el acto oficial la Comisión Provisoria realizó un acto alternativo, al que concurrieron más de 10.000 personas, virtualmente toda la población en condiciones de movilizarse de la ciudad, que finalizó en la plaza central arriando la bandera nacional que habían izado los militares, para volverla a izar, esta vez en nombre del pueblo.
La dictadura no reprimió de inmediato la pueblada y abrió negociaciones con la población.
Mientras las conversaciones se desarrollaban, fueron detenidos los líderes del movimiento, los sindicalistas Inocencio Ramírez y Pablo Ríos.
Inspirados en el Animanazo, Armando Tejada Gómez y César Isella compusieron por entonces la canción "Fuego en Animaná", cuya primera grabación fue interpretada por Isella y Los Trovadores en el álbum A José Pedroni, editado ese mismo año.
Los hechos han sido recogidos también en el documental Donde hubo fuego (2016) de Santiago Álvarez, Carlos Muller y Ricardo Bima.
[32][33][34] En la madrugada del 11 de octubre, el V Cuerpo de Ejército desplegó unidades situadas en Puerto Pirámides, Puerto Madryn, Trelew y Rawson, al operativo 'Vigilante', deteniendo sin orden judicial a dieciséis personas trasladándolas a la Base Aeronaval Almirante Zar, y posteriormente a la Cárcel de Devoto.
Apenas ocho semanas antes, la dictadura había asesinado a los guerrilleros que no lograron fugarse, en la Masacre de Trelew.
Durante varios días de conversaciones, movilizaciones y huelgas, fueron liberado los 18 chubutenses detenidos.
[36] Cuarenta años después de los hechos se estrenó en el Espacio INCAA km 1460, el documental Prohibido Dormir, realizado por los trelewenses Paula Bassi y Diego Paulí y se colocó una placa conmemorativa en frente del Teatro Español.