Este no es un mero hecho histórico, es nodal y significativo; porque en la obra se conoce cómo aparece el Anillo Único entre los hobbits.
A pesar de esta división, el libro no es una trilogía y al propio Tolkien le molestaba que lo llamaran así, ya que desde un principio estaba escrito para formar un solo tomo, pero la editorial George Allen & Unwin decidió dividirlo en tres debido a su longitud y coste.
Las únicas divisiones naturales que hizo Tolkien son los libros I, II, III, IV, V y VI.
Sin embargo, para Bilbo esta gran fiesta tenía como motivo principal su partida hacia su último viaje, producto del deseo de terminar sus días en paz y tranquilidad.
Una vez en Bree, los hobbits acuden a la posada «El Póney Pisador», donde Frodo había quedado en encontrarse con Gandalf.
Gracias a un amigo de Gandalf, llamado Aragorn, y al hobbit Nob, logran salvarse cuando los Nazgûl atacan la posada esa noche.
Tras derrotar a unos cuantos, la Comunidad logró escapar y llegar hasta el puente de Khazad Dûm.
Tras pasar un mes descansando allí, la Comunidad partió en tres barcas élficas siguiendo el curso del río Anduin.
En Sarn Gebir fueron alcanzados por los Uruk-hai, los orcos que Saruman creó en Isengard, pero lograron esquivarlos cruzando a la otra orilla del río.
Estas historias confluyen en los últimos cuatro capítulos del libro III: tras la batalla, una comitiva integrada por Théoden, Gandalf, Aragorn, Légolas, Gimli, Éomer y una treintena de caballeros parten hacia Isengard.
Más tarde, se dirigen a Orthanc para mantener un diálogo con el Mago Blanco, que quedó atrapado dentro de la torre.
Tras su separación del resto de la Compañía, Frodo y Sam emprenden el camino hacia Mordor por las Emyn Muil.
Frodo acaba consiguiendo, primero bajo amenazas y luego con argumentos convincentes, que la criatura les guíe hacia Mordor.
Afortunadamente, Sam les oye comentar entre sí que Frodo no está muerto, sino solo inmovilizado por el veneno de la araña.
Merry es liberado de los servicios al rey Théoden debido a que su escaso tamaño les supondría un problema a la hora de encontrar un caballo veloz para él y sería un estorbo para cualquier jinete que lo llevara en su grupa.
Tal es la alegría de Gollum por haber recuperado su tesoro que, sin darse cuenta, se cae por la grieta, muriendo y destruyéndose así el Anillo.
Habían sido rescatados de las laderas del Orodruin por Gwaihir y dos águilas más que fueron conducidas por Gandalf hasta el lugar.
Tras acudir al funeral del Rey Théoden en Edoras, los miembros de la Compañía pusieron rumbo a Rivendel, y durante el viaje tomaron distintos caminos.
[49] Los temas religiosos no cristianos también tienen fuertes influencias en la Tierra Media, siendo las mitologías del norte de Europa las más conocidas.
A Tolkien le gustaba mucho esta obra e incluso hizo una traducción y una interpretación sobre ella, encontrada años después de su muerte.
[61] Además, la forma de andar y hablar del ent Bárbol está inspirada en su amigo, el también escritor C. S.
[22] El autor nunca estuvo muy de acuerdo con esta decisión y su terquedad le costó vivir contando cada centavo durante más tiempo.
[79] Además, las ventas de la novela vencieron a las críticas, ya que cosechó un respetable e inesperado éxito.
El resultado fue que, ya fuera en una u otra edición, las ventas del libro se dispararon convirtiéndolo, ahora sí, en un auténtico «best-seller».
[73] Sin embargo, nuevas encuestas hicieron silenciar las acusaciones: en la realizada por el periódico The Daily Telegraph la novela volvió a salir ganadora y Tolkien como mejor autor.
Se elaboró un guion para una sola película, de unas setecientas páginas y bastante adaptado, en el que desaparecían numerosos personajes, los Nazgûl montaban caballos sin piel, Arwen se convertía en una niña e incluso había una escena de sexo entre Frodo y Galadriel.
[96] Finalmente, United Artist aceptó distribuir la película, que fue dirigida por Bakshi, producida por Saul Zaentz y escrita por Peter S. Beagle.
[97] En 1995 comenzó un proyecto para hacer una película en imagen real de la mano del director neozelandés Peter Jackson.
[100] Supusieron un gran éxito de taquilla,[101] revivieron el fenómeno Tolkien[102] y, en su mayoría, tuvieron una buena acogida entre la crítica.
Tolkien había escrito la música para algunas de las canciones del libro, pero fue Inglis, junto con la directora Claudia Howard, quien escribió el resto.