[1][2] Según la contextualización épica, Vainamoinen fue concebido por la hija de la naturaleza, Ilmatar o Luonnotar.
Durante setecientos treinta años llevó al niño en sus entrañas sin nacer, sentada sobre el mar.
Cuando la muchacha sacudió su cuerpo estos huevos cayeron al mar y se quebraron.
De estos huevos nacieron la tierra, los cielos, la luna, las estrellas y las nubes.
Su búsqueda ansiosa tras una esposa pondrá a la tierra de Kaleva en un primer contacto amistoso, luego hostil, con el territorio vecino, sombrío y peligroso del norte llamado Pohjola.