Se llamaban a sí mismos el pueblo Drûg o Drughu, cuyo significado es incierto, pero los elfos de Beleriand lo adaptaron al sindarin bajo la forma drû (plural drúin y drúath) y le asociaron al nombre el apelativo edain, pues no solo consideraron su aversión al Mal y a los orcos, sino que los conocieron en las mismas tierras que los otros pueblos edaínicos y prestaron gran servicio a las Guerras de Beleriand.
Más tarde la misma Haleth decidió abandonar ese lugar y se dirigió al bosque de Brethil, donde vivió con la condición de vigilar y proteger los cruces del Teiglin.
Los drúedain les siguieron por todo este derrotero y se asentaron junto a ellos en Brethil.
Se dice que tras la desaparición de Beleriand los Valar le ofrecieron al pueblo drû, al igual que a otros hombres, a ir a vivir a la isla de Númenor, pero la gran mayoría se negó pues le tenía miedo al Mar y partieron hacia el este en busca de los miembros de su pueblo que habían quedado atrás en la gran marcha.
Cuando la gran devastación de los Bosques del río Gwathló ocurrió, este pueblo debió refugiarse en Drúwaith Iaur, el viejo territorio púkel, adonde nunca llegaron los Númenóreanos.
En la Guerra del Anillo, sólo quedaban las impresionantes estatuas que Merry vio en El Sagrario: