[2] El ciberpunk recibe su nombre de la adjunción del prefijo ciber- (relacionado con redes informáticas)[4] al vocablo punk (en referencia a su carácter rebelde).
Las distopías posindustriales del ciberpunk, sin embargo, acostumbran a estar marcadas por un desarrollo cultural extraordinario, y por la subversión en el uso de las tecnologías, que son explotadas en ámbitos nunca previstos por sus creadores.
Entre sus primeros escritores notables se pueden contar William Gibson, Bruce Sterling, Pat Cadigan, Rudy Rucker y John Shirley.
Las corporaciones multinacionales gigantes han tomado el papel de los gobiernos como centros del poder político, económico y militar.
Como Case muchos protagonistas ciberpunk son manipulados, puestos en situaciones donde tienen poca o ninguna opción, y aunque ellos pueden verse en esto, no necesariamente llegan a estar más lejos de lo que previamente estaban.
Ellos en cambio, traen a la memoria el investigador privado de la novela policíaca, que podría solucionar los casos más complejos, pero nunca recibir una recompensa justa.
[5][6][7] El término fue rápidamente acogido como una etiqueta aplicada a los trabajos de William Gibson, Bruce Sterling, John Shirley, Rudy Rucker, Michael Swanwick, Pat Cadigan, Lewis Shiner, Richard Kadrey y otros.
De estos, Sterling inició el movimiento, liderando la ideología, gracias a su fanzine Cheap Truth (Verdad barata).
[20] Además mientras el narrador de Neuromancer pudo haber tenido una «voz» inusual para la ciencia ficción, se pueden encontrar muchos otros ejemplos anteriores a este: la voz narrativa de Gibson, por ejemplo se asemeja a la del actualísimo Raymond Chandler en su novela El gran sueño (1939).
Como todas las categorías incluidas en la ciencia ficción, los límites del postciberpunk son susceptibles de cambiar o ser mal definidos.
Según lo mencionado anteriormente, la serie de televisión Max Headroom también expandió el ciberpunk, quizá con un éxito más popular que los primeros trabajos escritos del género.
Se encuentran otras películas prácticamente coetáneas a Blade Runner, que también reflejan este mundo ciberpunk, como por ejemplo, Cielo líquido (1982), pues tiene un argumento de ciencia ficción urbanita con protagonistas bastante marginales, también merece mención la película Max Headroom: 20 Minutes into the Future (1985), ya que en una época como los años 80, un argumento como el de esta película era muy llamativo, en ella, una inteligencia artificial tenía el papel protagonista, se convertiría, además, en una serie televisiva.
Gattaca (1997) dirigida por Andrew Niccol es un filme negro futurista cuyo empapado modo distópico provee un buen ejemplo del biopunk.
Al lado de este potencial encontramos otras obras como Cyber City Oedo 808, Battle Angel Alita, BLAME!, Bubblegum Crisis, Armitage III, Armitage Dual Matrix, Silent Möbius, Serial Experiments Lain, Texhnolyze, Appleseed, Ergo Proxy, Eden: It's an Endless World!
Después de la Tercera Guerra Mundial que duró veinte años y que redujo la población mundial a tres mil millones, las superpotencias del mundo se trasladaron a estas cuatro naciones: Estados Unidos de América del Norte (USNA), Nueva Unión Soviética, la Gran Alianza Asiática y Japón.
La historia comienza en Westworld, un parque de atracciones ficticio y tecnológicamente avanzado con temática del Viejo Oeste poblado por androides, denominados «anfitriones».
Las investigaciones de delitos equivalen a detectives que revisan videos y evalúan si un presunto perpetrador es inocente o culpable.
La trama está ambientada en el año 2384, donde la identidad humana se puede almacenarse en un soporte digital y transferirse de un cuerpo al otro, lo que les otorga a los seres humanos superar a la muerte física al asegurarse que sus recuerdos sean insertados en nuevos cuerpos.
[37] Fue renovada para una segunda temporada, estrenada en 2020,[38] pero en agosto del mismo año se anunció su cancelación sin final.
El anime Ghost in the Shell: SAC_2045, es un ONA original de Netflix que se encuentra ambientada en la subcontinuidad del arco Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, procedente del manga homónimo de Masamune Shirow y aunque se estrenó mundialmente en Netflix, ha recibido críticas generalmente negativas y los críticos la consideraron inferior a los medios anteriores de Ghost in the Shell.
Originalmente titulado True Love, Edwards cambió el título y explica que «sonaba demasiado a una comedia romántica y ese mensaje confundiría a las audiencias potenciales que no estaban familiarizadas con la trama o el avance de la película».
El primer ejemplo puede denotar la amplia gama de los trabajos musicales que las películas ciberpunk utilizan como banda sonora.
Sin embargo, estos autoproclamados ciberpunks al menos están «emocionados con las cosas correctas» y típicamente respetan a las personas que actualmente trabajan con esto de «la naturaleza hacker».
Estos grupos destacan por el intenso uso del Vocoder (sintetizador de voz) en sus canciones, ritmos bailables entre 120‑140 bpm, letras futuristas, y melodías pegadizas que provoca un efecto adecuado a la atmósfera ciberpunk.
Otros ejemplos que se pueden destacar son los videojuegos Battlefield 2042 y Call of Duty: Infinite Warfare, los cuales también son unos de los mejores ejemplos del ciberpunk, pues se encuentran ambientados en un futuro violento y distópico (similar a la película Dredd).
Esto se debió a que —supuestamente— el libro de GURPS Cyberpunk podría ser usado para preparar crímenes por ordenador.
Estos cambios incluyen un mayor ángulo político, transfiriendo la alineación del género e incluso incorporando temas transhumanos.
El juego de rol Torg, publicado por West End Games en 1990, también incluyó una variante del escenario (cosmos) ciberpunk llamado Cyberpapado.
La primera obra literaria escrita en México y que puede enmarcarse dentro del ciberpunk es el cuento La red de Isidro Ávila.
Paul di Filipo es visto como el más prominente escritor biopunk, aunque Shaper/Mechanist de Bruce Sterling es su mayor influencia.