Posthumanismo

[2]​ Sin embargo, el posthumanismo no es un concepto cerrado, "mas bien un índice para describir nuestro momento" (Braidotti, 2015).

[3]​ Otro uso del término poshumanismo es el que suele asimilarse como destino del transhumanismo al superar las limitaciones intelectuales y físicas mediante el control tecnológico de su propia evolución biológica (véase Ingeniería genética humana), emergiendo un estado existencial fisicalista en el que ya se domina la trascendencia natural de la humanidad.

Poshumano es un concepto notablemente originado en los campos de la ciencia ficción, futurología, arte contemporáneo, y filosofía.

Redes sociales, teléfonos inteligentes y demás son instrumentos que nos facilitan el acceso al conocimiento.

En 2017, Penn State University Press en cooperación con Stefan Lorenz Sorgner y James Hughes estableció la Revista de Posthuman Estudies[6]​, en el que todos los aspectos del concepto "posthumano" pueden ser analizados.

[7]​ En teoría crítica, el posthumano es un especulativo comienzo que representa o busca re-concebir el concepto de ser humano.

El posthumano, para teóricos críticos del tema, tiene una ontología emergente en lugar de una estable; en otras palabras, el posthumano no es un individuo singular, sino uno que puede "convertirse" o encarnar identidades diferentes y entender el mundo de perspectivas múltiples heterogéneas.

Por este motivo, Hauskeller, Philbeck y Carbonell desglosa en su manual siete bloques que ofrecen no solo distintos análisis sobre productos audiovisuales relacionados con el imaginario de lo posthumano, sino también cuestiones conceptuales y filosóficas que se desprenden o subyacen tras cada uno de ellos.

Algunas tiras audiovisuales son Gattaca, The Truman Show, Blade Runner, Hannah y sus hermanas o Titanic.

Desde los superhéroes hasta los monstruos, esta aglomeración de representaciones alcanzarán a vampiros, zombis, transformers, mutantes o cyborgs.

Los trabajos que ocupan la sexta sección, Creating Difference and Identity: Posthuman Communities, insisten especialmente en el campo económico y medioambiental.

La última parte, More Human than Human: Posthuman Ontologies, habla sobra las distintas consideraciones acerca de la ontología no-humana (quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestro objetivo, qué valores nos identifican, cuál es nuestro destino) no son más que una reflexión acerca de nuestra propia naturaleza a la que no es ajena la religión, la moralidad y la ética.

El impacto cultural y tecnológico ha sido tan grande que ha permitido al ser humano cambiar, realizar tareas de forma más sencilla o incluso expresarse con su propio cuerpo, a la combiación o fusión de estos aspectos (cultural y tecnológico) con el cuerpo humano se le conoce como “Cyborg”,  no por ser un humano con piezas robóticas adheridas a su cuerpo sino que la mezcla de estos elementos permite que el humano se exprese y muestre historias de una forma que ningún otro ser vivo puede hacerlo (Czaja, 2011[14]​).

Tal posthumanización no tecnológica se ha manifestado no sólo en obras mitológicas y literarias, sino también en la construcción de templos, cementerios, zoológicos u otras estructuras físicas que se consideraban habitadas o utilizadas por seres cuasi o para-humanos que no eran seres humanos naturales, vivos y biológicos, pero que sin embargo desempeñaban algún papel dentro de una sociedad determinada[18]​[20]​.