Ya en la antigüedad había obras que trataban el tema, el cual tuvo un auge en el siglo XIX.
Hasta cierto punto, autores y guionistas han sabido aprovechar los rasgos biológicos de los parásitos.
En la biología evolutiva, el parasitismo es una relación entre especies en la que un organismo, el parásito, vive sobre o dentro de otro organismo, el huésped, y le causa algún daño, y está adaptado estructuralmente a esta forma de vida.
[13][14] El parasitismo aparece repetidamente como tópico literario en el siglo XIX, aunque los mecanismos, ya sea biológicos o de otro tipo, no siempre se describen en detalle.
[17] En el género de ciencia ficción, los parásitos están representados como seres alienígenas extraterrestres o antinaturales y son percibidos como algo desagradable y, a veces, horroroso, en comparación con la simbiosis mutualista.
[18] Es posible darles usos prácticos, aunque los seres humanos que así lo hicieran podrían acabar destruidos.
El siguiente cuadro ilustra la diversidad de temas y enfoques que son posibles hoy en día.
Desde entonces, han aparecido en muchos libros y películas de géneros que van desde el terror a la ciencia ficción.
Este comportamiento se basó en las avispas parasitoides, que tienen un ciclo de vida similar.
[39] En obras de ciencia ficción del siglo xx figuran parásitos que controlan la mente.
Así se facilita su captura y consumo y, una vez un gato haya comido un ratón infectado, el parásito infecta a su vez al gato, que se convierte en su huésped definitivo en el que puede reproducirse sexualmente.
Los padres alimentan entonces a aquellos como si fueran sus propias crías, hasta que sean capaces de abandonar el nido y volar.
[43][44][45] En la serie de novelas Lilith's Brood (1987–1989), Octavia E. Butler se planteó algo parecido, solo que las crías a las cuales da a luz la madre humana son híbridos alienígena-humano en lugar de simples alienígenas.
[46] La castración por parásitos puede encontrarse en la naturaleza en parásitos muy reducidos que se alimentan de las gónadas de sus crustáceos huéspedes y así utilizan la energía que hubiera sido destinada a la reproducción.