Autora de libros claves como «Cyborg Manifesto» (1985), «Primate Visions: Gender, Race, and Nature in the World of Modern Science» (1989), «Simians, Cyborgs, and Women: The Reinvention of Nature» (1991) y "When Species Meet" (2008),[1] Haraway también ha contribuido a la intersección de la tecnología de la información y la teoría feminista, y es una destacada académica en ecofeminismo contemporáneo.
Haraway se graduó en Zoología y Filosofía en el año 1966 en el «Colorado College» obteniendo la beca de la fundación Boettcher.
Sus ideas han detonado una explosión de debates en áreas tan diversas como en primatología, filosofía y biología del desarrollo (Kunzru, 1).
Actualmente ha encontrado un lugar destacado en los debates configurados en torno al antropoceno donde argumenta a favor de una "política multiespecies".
Como feminista postmoderna, argumenta en contra del esencialismo, que es «cualquier teoría que declare identificar una causa o constitución de identidad de género o patriarcado universal, transhistórica y necesaria» (Epistemología feminista, 2006).
«La lucha política es ver desde ambas perspectivas al mismo tiempo, ya que cada una revela tanto dominaciones como posibilidades inimaginables desde el otro punto de vista.
En los 90 se inició la era ciborg y Haraway es una fiel colaboradora de la cibercultura actual[cita requerida].
Haraway escribe: “Hasta ahora (había una vez), la personificación femenina parecía ser algo dado, orgánico, necesario; y la expresión de lo femenino parecía significar el disponer de habilidades maternales o en sentido estricto o metafórico.
(275): Las historias de Camille: los niños del compost es una ficción especulativa escrita por Haraway y contenida en Seguir con el problema: Generar parentesco en el Chthuluceno, publicado por Duke en 2016.
El movimiento compostista que propone es la reacción a la Gran Negación (entendida como el periodo en el que es extendido el negacionismo a la agencia humana en la crisis medioambiental) y son comunidades articuladas para proponer nuevas relaciones con otros entes vivientes, el paisaje y otras relaciones de parentesco e interacción social.
En ellas las paternidades-maternidades no son fijas e inamovibles, sino que las figuras con esa función social van cambiando a lo largo de la vida.
Camile (y lxs Camilles subsecuentes) serán simbiontes, personas con alteraciones genéticas artificiales que les permitirán generar vínculos más evidentes con otra especie de ser vivo.