Ciberfeminismo

[9]​ Sadie Plant y Sandy Stone son referentes del inicio de la teoría ciberfeminista contemporánea estima Galloway.

(1991)[11]​ un ensayo que ayudó a formular las claves para los debates contemporáneos sobre la situación del cuerpo en las comunidades virtuales.

Es el caso, por ejemplo de la artista también australiana Linda Dement que creó arte interactivo en CD-Rom, e-zines como geeekgirl, Brillo and Digitarts y grrrowl.

[cita requerida] Desde que en el siglo XIX la mujer ha ido incorporándose progresivamente al mundo económico, entonces la dualidad anterior se ha vuelto más conflictiva y ambivalente - tal como ha ocurrido también en otras esferas de desarrollo político, cultural y social.

Se conforma un sistema de comunicación alternativo, por vías contraculturales, que dan lugar a los discursos no institucionales.

Teóricas e investigadoras que han trabajado sobre ciberfeminismo: Anne Balsamo, Montserrat Boix, Rosi Braidotti, Eva Cruells, Alex Galloway, Marina Grizinic, Alex Hache, Khaterine Hayles, Ana Martínez Collado, Ana Navarrete, Sonia Nuñez Puente, Sadie Plant, Zöe Sofoulis, Cornelia Sollfrank, Sandy Stone, Sherry Turkle, Núria Vergés Bosch, Faith Wilding, Remedios Zafra.

[19]​[20]​[21]​ Artistas y grupos relacionados con la historia del ciberfeminismo: VNS Matrix, Old Boys Network, subRosa, Critical Art Ensemble, Donestech, FACES.

Artistas ciberfeministas: Annie Abrahams, Natalie Bookchin, Salomé Cuesta, Coco Fusco, Cindy Gabriela Flores, Lynn Hershman, Deb King, Ana Navarrete, Julia Scher, Anne-Marie Schleiner, Victoria Vesna, Linda Wallace La historia del ciberfeminismo en los años de 1990 ha estado muy ligada al de la práctica artística del net-art.

Así en el arte como en el mito del cíborg de Donna Haraway las fronteras son transgredidas, y se dan las fusiones peligrosas que seres progresistas exploran como parte de un necesario trabajo político.

El debate feminismo / posfeminismo, la crítica feminista a la pornografía, la reivindicación de una identidad fija o la aceptación de una identidad múltiple y ficcional, la sexualidad y lo transgenérico, el ciberfeminismo; han sido las cuestiones que han despertado una mayor polémica.

Si en un contexto humanístico convencional éstos (tecnología y arte) podrían parecer términos contrarios, en la posmodernidad se encuentran estrechamente relacionados.

Conforma uno de los ámbitos artísticos más fecundos a finales del siglo XX, tanto en sus expresiones creativas como en los desarrollos teóricos relacionados.

[25]​ La esfera artística aparece como una plataforma adecuada para explorar las consecuencias de estos nuevos modelos tecnológicos.