Durante las primeras décadas tras la fundación del país, el ejército se componía de una caballería búlgara e infantería eslava.
El núcleo del ejército era la caballería pesada, cuyo número consistía de doce y treinta mil jinetes fuertemente armados.
No sería hasta 1878, con la creación del Principado autónomo de Bulgaria, que el ejército se restablecería.
Los primeros búlgaros eran un pueblo en el que la guerra era parte de su vida cotidiana, con todos los adultos obligados a luchar.
Los primeros búlgaros eran exclusivamente jinetes: en su cultura, el caballo era considerado un animal sagrado y recibía un cuidado especial.
En la decisiva batalla en el verano de ese año los búlgaros inmolaron entre 20 000 y 32 000 árabes.
A menudo mantenían una fuerte unidad de caballería en reserva, que atacaba al enemigo en un momento oportuno.
Según los historiadores contemporáneos, los búlgaros «podían ver en la oscuridad como los murciélagos», ya que a menudo luchaban por la noche.
En la silla colgaban un escudo redondo, una maza y un lazo, que los búlgaros llamaban arkani.
Los comandantes tenían cinturones con hebillas de oro o plata que correspondían a su rango y título.
[17] Otros rangos militares importantes eran el tarjan, que era igual al strategos bizantino según Steven Runciman,[18] y otro tipo de oficial, era llamado bagain.
Además, a mediados del siglo x la nueva herejía de los bogomilos se extendió ampliamente por el país.
[19] Los bogomilos predicaban que los hombres no debían seguir a las autoridades seculares, pagar impuestos o inscribirse en el ejército.
[nota 2] En los primeros cincuenta años después del restablecimiento del imperio, los búlgaros, dirigidos por comandantes hábiles como Pedro II, Iván Asen I, Kaloján e Iván Asen II, alcanzaron un gran éxito militar.
[nota 4][38][39] A finales del siglo XII el ejército búlgaro contaba con cuarenta mil hombres en armas.
[46] En la batalla que siguió, el emperador fue derrotado y muerto, e Ivailo se proclamó zar de Bulgaria en Tarnovo.
[48] El ejército ahora sumaba menos de diez mil hombres, se registra que Ivailo derrotó a dos ejércitos bizantinos de cinco y diez mil hombres, y que sus tropas fueron superadas en número en ambos casos.
[53] Cuando los turcos otomanos invadieron Bulgaria y los Balcanes a mediados del siglo xiv, el una vez glorioso ejército búlgaro era solamente una sombra de lo que fue.
La desunión feudal y los movimientos heréticos generalizados como los bogomilos, los adamitas o varlaamitas no permitieron al país mantener una fuerza significativa.
Un soldado de infantería búlgaro típico, con armadura pesada, llevaba asimismo una lanza, un escudo, espada/maza/mangual/hacha y un puñal.
A veces tenían un extremo puntiagudo en el escudo, lo que les permitía ser utilizado como un arma.
Sin embargo, la protección de los caballos generalmente se limitaba a la cabeza y el cuello.
Otra arma tradicional, el sable, aunque no era raro, fue sustituido en gran parte por la espada.
El ejército búlgaro empleaba diferentes tácticas militares, puesto que se basaba, tanto en la experiencia de los soldados, como en las peculiaridades del terreno.
Las montañas de los Balcanes desempeñaron un papel importante en la historia militar de Bulgaria, facilitando la defensa del país contra el poderoso ejército bizantino, que era el heredero del arte militar romano en la Edad Media.
Otra táctica ampliamente utilizada era realizar falsas retiradas, rompiendo así las líneas enemigas cuando los perseguían, para justo después atacarles.
Los búlgaros por lo general evitaban un asalto frontal y esperaban a que el enemigo atacara primero.
En varias batallas las tropas búlgaras esperaban a los bizantinos durante días hasta que atacaran, como en Marcelae (792) o Versinikia (813), consiguiendo así victorias decisivas.
[75] El ejército búlgaro era muy móvil, por ejemplo antes de la batalla de Klokotnitsa, durante cuatro días los jinetes búlgaros cubrieron una distancia tres veces mayor que la que recorrió su enemigo, el ejército epirota, en una semana; en 1332 cubrieron 230 kilómetros en cinco días.
[80] Después de que los búlgaros conquistaran el jaganato ávaro entre 804 y 805, los soldados ávaros, que para entonces eran súbditos de la corona búlgara, fueron reclutados en el ejército, especialmente durante la campaña contra Nicéforo I en 811, cuando los bizantinos quemaron la capital, Pliska.