Miguel IX Paleólogo

Miguel IX Paleólogo fue el hijo mayor del emperador Andrónico II y la princesa húngara Ana.

Los primeros deberes del joven emperador fueron de carácter militar y lo llevaron al frente más crítico de Asia Menor, donde tuvo que hacer frente a los otomanos y conservar los territorios bizantinos que tenía.

Sin embargo, las tropas bajo el mando del joven emperador no pudieron llegar a enfrentarse con el enemigo en campo abierto, ya que los otomanos luchaban principalmente en emboscadas y solo en raras ocasiones iniciaban escaramuzas.

Sin embargo, cuando llegó la noticia de que los otomanos preparaban un masivo asalto contra las tropas bizantinas, Miguel IX se retiró abruptamente a Magnesia y por lo tanto el tan esperado enfrentamiento con los otomanos terminó sin resultados.

Miguel IX no regresó a la capital en el invierno de 1302/1303, sino que permaneció en Asia Menor.

Sin embargo, los bizantinos siguieron encontrando pocos éxitos en Oriente a comienzos de la campaña siguiente.

Este fracaso de Miguel IX en su primera misión hizo daño a su prestigio, pero incluso después, no consiguió ningún significativo éxito militar.

Después Andrónico II decidió enviar a Miguel IX en una campaña contra los búlgaros, y junto con él al general Miguel Glabas, que, sin embargo, a pesar de su gran experiencia, sufría de una grave enfermedad.

En Bizancio un énfasis especial fueron hechos sobre estos éxitos: el patriarca Atanasio elogió los éxitos de Miguel IX contra los búlgaros,[6]​ mientras que un anónimo autor exaltó con gran entusiasmo la eficaz acción del emperador en la guerra contra sus vecinos eslavos meridionales.

Las nuevas dificultades para Bizancio y el joven emperador fueron causadas por la Gran Compañía Catalana del Reino de Aragón, que había llegado a reforzar, por una cuota, al ejército bizantino que estaba combatiendo contra los otomanos en el frente de Asia Menor.

Los hispanos catalano-aragoneses, después de haber logrado cumplir con sus funciones, pasaron a atacar las posesiones bizantinas y otros territorios en Europa.

La debilidad del ejército bizantino se manifestó una vez más durante el período 1311-1313, cuando los otomanos saquearon Tracia.

El miedo a los otomanos mantuvo a los bizantinos reprimidos en sus ciudades durante casi dos años, mientras que al parecer Andrónico II y Miguel IX enfrentaban ahora la amenaza otomana con un cierto grado de fatalismo.

Muy poco de información sobre la posterior carrera del emperador Miguel IX Paleólogo existe en fuentes orales.