Gengis Kan y otros militares mongoles introdujeron varias innovaciones que permitieron a su ejército conquistar vastos territorios aún estando en desventaja numérica.
Con el tiempo se sumaron al mismo otros elementos inventados por Gengis Kan, sus generales y sucesores.
Por otro lado, la tecnología que los mongoles utilizaron para atacar fortificaciones fue adaptada a partir de otras culturas.
Los líderes de cada nivel podían hasta cierto punto ejecutar sus órdenes del modo que les parecía más adecuado.
Esta estructura de mando probó ser bastante flexible y efectiva, al permitir al ejército mongol atacar en masa, dividirse en pequeños grupos para rodear a sus enemigos o llevarlos a una emboscada, dividirse en grupos pequeños de diez hombres para acabar con un ejército derrotado y en retirada.
Cuando integraba soldados nuevos dentro de su ejército, Gengis Kan los dividía y los ponía a cargo de distintos líderes para acabar con las conexiones sociales o tribales, para así evitar cualquier enemistad inspirada en su etnia o alianzas tribales.
[3] Aunque el historiador John Masson Smith apoyaba las cifras alcistas, declarando que los éxitos mongoles eran producto de sus superiores habilidades bélicas y altos números[4] pero su tesis ha sido muy atacada, en especial por su colega David Morgan defensor de cálculos bajistas.
[16] Un método único que usaban los mongoles para entrenar fueron las grandes excursiones de caza organizadas anualmente en las estepas.
Bastaba tirar con suavidad la seda alrededor de la flecha para quitársela sin causar mucho daño al soldado.
Seis de cada diez soldados mongoles eran arqueros a caballo, y los cuatro restantes eran lanceros, mejor armados.
Los mongoles disparaban sus arcos en sincronía con el galope de sus caballos, para un tiro suave y estable, proporcionado en gran medida por su singular forma.
En medio de la batalla, una o más unidades mongolas se retiraban repentinamente, dando a su rival una falsa confianza.
Las tropas exploratorias iban hasta 150 km delante de la fuerza principal para evitar emboscadas.
Al conocerse que el ejército Gengis Kan había acabado despiadadamente con toda resistencia, se les hacía más difícil a los soberanos de otras tierras convencer a sus súbditos para que se resistan.
Si un poblado se rendía pacíficamente, Gengis Kan lo dejaba intacto y les garantizaba protección, pues le podían proveer de recursos para futuras campañas.
Las primeras tres líneas estaban conformadas por arqueros a caballo, y las dos últimas de lanceros.
Estos arqueros nunca se quedaban sin municiones, pues los seguían de cerca camellos cargados con flechas.
Esta maniobra inicial era realizada por sus jinetes con poca o ninguna armadura (el grueso de la tropa) armados principalmente con un arco compuesto.
[20] Estos arqueros no atacaban de manera individual contra objetivos particulares sino que en formaciones que sucesivamente avanzaban y se retiraban descargaban desde una distancia segura una lluvia de flechas sobre la formación enemiga en distintos puntos.
[19] Por otro lado, si las tropas enemigas se juntaban para resistir su carga eran mucho eran más vulnerables a las flechas de los mongoles.
[24] De esta manera le impedían reagrupar sus fuerzas o reclutar más para reorganizar resistencia alguna.
Cada vez que podían, los comandantes mongoles buscaban el terreno más alto, desde el cual podían tomar decisiones basándose su mejor visión del campo de batalla mientras los eventos ocurrían, y también contaban con más seguridad y facilidad para defenderse.
Un general como Subotai, incapaz de montar a caballo durante sus últimos años, debido a su edad y su obesidad, podía haber sido ridiculizado por cualquier ejército europeo de la época; no hubiera sido ni respetado ni obedecido.
También enviaban refugiados a las ciudades que aún no habían conquistado, para consumir sus recursos.
Muchas veces tras las batallas en campo abierto los restos del ejército enemigo huían a sus ciudades, otras veces sus enemigos preferían refugiarse en sus ciudades al conocer de la capacidad militar de los mongoles en campo abierto.
Ésta red defensiva les protegió también de los turcos, pero no como lo hizo contra los mongoles.
Otra forma de derrotarlos era que el estado rival estuviera rodeado de mar (como Japón o Java, ya que no eran buenos navegantes), o por selvas y pantanos (Vietnam y Birmania).
Los ejércitos mongoles eran móviles y necesitaban espacio para maniobrar, el arrinconarlos como los hicieron japoneses e indonesios contra la costa los ponía en clara desventaja.