La voz cimitarra parece venir de la derivación italiana "scimitarra" del shamsir persa, y sirve en Occidente para referirse a cualquier sable curvo musulmán u oriental.
Por ello, dentro del término cimitarra -que en sí mismo no es un arma concreta- entrarían las siguientes armas: Por tanto, al ser armas que se diferencian escasamente unas de otras, pero que a la postre difieren, el término cimitarra es una voz genérica para todas ellas.
En el siglo XVII los indígenas hispanoamericanos fabricaban cimitarras a los españoles para la defensa de su ejército.
Sin duda, su larga y curvada hoja estaba diseñada para barrer con estocadas a los enemigos, así como para acuchillar profundamente.
Sus virtudes mecánicas, así como sus preciosas marcas onduladas en la superficie, se debían al material con que estaban hechas: el acero de Damasco.