Batalla de Bailén

Llegado el momento y una vez cumplida con éxito la primera fase de aquel plan, Castaños se reunió con el resto de los mandos españoles en Porcuna, dando a conocer las directrices proyectadas para la segunda fase.Ante la amenaza de nuevos ataques, Ligier-Belair evacua la población y solicita ayuda a Vedel.Al día siguiente, Reding dispone todas sus fuerzas, más refuerzos de Coupigny.Dupont ordenó el avance de la caballería, con lo que Dupré arrolló al Farnesio y avanzó hasta la batería central española, donde acuchilló a muchos artilleros.Fueron rechazados por la infantería, que les hizo volver hasta Cruz Blanca con grandes pérdidas.En el duelo artillero los franceses apenas infligieron daño alguno mientras que gran parte de sus piezas fueron desbaratadas.Dupont no podía esperar a que Castaños le sorprendiera por retaguardia, así que decidió atacar aun estando en desventaja, con el objetivo de romper el centro español y enlazar con Vedel.Tras esto, el intenso fuego que recibió Privé le obligó a replegarse.Simultáneamente a todo esto, en el centro, la infantería francesa avanzó entre la lluvia de artillería.Dupont se vio agotado sin el auxilio de Vedel, a quien siguió esperando.Dupont ordenó, a la recién llegada brigada Pannetier, que se dirigieran contra ellos.En vista de ello, Dupont recurrió una vez más a la mermada caballería de Privé, que se desplazó desde la otra punta del campo y logró poner en retirada a los españoles.Cruz Mourgeon se asomó por el Rumblar, que acudió al ruido del combate.Éste solicitó la suspensión del combate y el paso de sus tropas hacia Madrid.Reding aceptó el fin de las hostilidades pero ante lo segundo fue preciso reunirse con Castaños para discutir las condiciones.Llegaron a oír el fuego, pero Vedel estaba seguro de que Dupont vencería.Reding reforzó las tropas que había en los cerros San Cristóbal y el Ahorcado.Vedel, al ver las tropas, se resistió a creer que la batalla había acabado y ordenó atacar.El hecho de que el enfrentamiento tuviese lugar a las mismas puertas de Bailén pudo ser decisivo para la victoria española: la población local apoyó en todo cuanto pudo a sus tropas.La ayuda más importante fue sin duda el suministro de agua para los soldados, en un día que los cronistas señalan como «especialmente caluroso» —en una región que ya de por sí registra elevadísimas temperaturas en esa época—.Las condiciones de la rendición fueron clementes e incluían que las tropas francesas fueran repatriadas a Francia.La derrota del general Dupont en Bailén tuvo graves consecuencias para el esfuerzo de guerra francés.Napoleón tuvo que acudir a la península con un nuevo y numeroso ejército para consolidar su dominio.Asimismo, el acontecimiento bélico está presente en cada rincón de la ciudad, existiendo diversas estatuas, placas y monolitos.
Posiciones españolas y francesas al comienzo de la batalla.
La Batalla de Bailén en una obra de Ricardo Balaca (1864), conservada en el Museo del Prado de Madrid .
Estatua de bronce del general Reding en Bailén .
Recreación histórica de los soldados del Regimiento Suizo de Reding n.º 3, por el Grupo de Recreación Histórica de la Asociación Teodoro Reding , Málaga .
La Medalla de distinción de Bailén, condecoración militar instituida por Decreto de la Junta Suprema de Sevilla el 11 de agosto de 1808, que fue otorgada a todos los componentes del ejército que participaron en la batalla.
El general Dupont rindiendo su ejército ante las fuerzas españolas, en una obra de Mauricio Orange (1906).
Campañas francesas posteriores a la batalla de Bailén. La derrota obligaría a Napoleón a traer refuerzos de Francia para ocupar la Península.
Placa de homenaje al general Reding por su victoria en Bailén en la Plaza de la Constitución de Málaga .