Con la vista puesta en la invasión de Francia, que se iniciaría en mayo de 1940, Adolf Hitler escogió la estrategia diseñada y propuesta por Manstein, un plan posteriormente perfeccionado por Franz Halder y otros miembros del Alto Mando del Ejército (Oberkommando des Heeres).
Cursó sus estudios primarios en el instituto católico Kaiserliches Lyzeum, o Lycée Impérial alemán (liceo Fustel-de-Coulanges).
[16] Reconocido desde una edad temprana como un comandante inteligente y talentoso, Manstein fue uno de los 4000 oficiales permitidos en virtud del tratado.
Ese año ascendió a mayor y sirvió en el Estado Mayor Alemán del Ministerio de la Reichswehr en Berlín, visitó otros países para conocer sus instalaciones militares y ayudó a redactar planes de movilización para el ejército.
Mientras tanto, el 8.º Ejército alemán estaba siendo atacado desde el norte, por lo que elementos del 4.º, 8.º y 10.º ejércitos alemanes se redesplegaron rápidamente con apoyo aéreo en un intento improvisado de cortar cualquier fuga de las tropas supervivientes polacas hacia Varsovia.
[40] Hitler no estaba satisfecho con el plan propuesto, por lo que lo sometió a continuas revisiones durante todo ese mes.
Su oponente, el mayor general soviético Kuzma Kachanov del 34.º Ejército, fue posteriormente sometido a un consejo de guerra y ejecutado por la derrota.
[64] Así, el primer ataque del 11.º Ejército alemán, efectuado en noviembre, fracasó, y entonces Manstein ordenó sitiar la ciudad.
La policía militar acordonó las zonas donde el Einsatzgruppe planeaba asesinar a los judíos para evitar que estos pudieran escapar.
En noviembre, los refuerzos alemanes y otras unidades del Grupo de Ejércitos Norte fueron retirados por el Alto Mando alemán para hacer frente a la operación Urano en los alrededores de Stalingrado, lo que obligó a cancelar definitivamente la operación.
[93] En un intento por resolver su persistente escasez de petróleo, la Wehrmacht había lanzado la operación Fall Blau (Caso Azul), una ofensiva masiva dirigida contra los campos petrolíferos del Cáucaso en 1942.
[99] Hitler se negó tajantemente, y tanto Manstein como Paulus eran reacios a desobedecer abiertamente sus órdenes.
Al borde del colapso, las unidades alemanas pudieron mantener la línea, pero el 8.º Ejército italiano en los flancos fue ampliamente superado y posteriormente destruido.
[113] Ese mismo día, el muy castigado 1.er Ejército Panzer también se retiró de sus posiciones en los ríos Donets y Mius.
El plan final aprobado por Hitler era obvio para ambos contendientesː dos ataques blindados dirigidos contra las bisagras norte y sur del saliente, luego avanzar hacia la pequeña ciudad de Kursk situada en el centro para así rodear y, posteriormente, destruir a las tropas soviéticas desplegadas en la zona.
Ante la gravedad de la situación, Manstein comunicó a Hitlerː «Mañana por la mañana, ordenaré al 4.º Ejército Panzer que se retire al Dniéper a ambos lados de Kiev para impedir que sea aislado en pequeños grupos y aniquilado delante del río».
Manstein, aplicando una radical política de tierra quemada, ordenó destruir todo lo que pudiera ser útil al enemigo.
[151] Él mismo venía a postularse indirectamente como máximo jefe militar de ese futuro mando único.
[157] Los historiadores Williamson Murray y Allan Reed Millett escribieron: «La “creencia fanática” de muchos generales alemanes en las teorías raciales nazis [...] hacía que la idea de que los eslavos pudieran manipular la inteligencia alemana con tal consistencia fuera completamente inconcebible».
Debido a la incapacidad del general Hube de contactar con las tropas cercadas, Manstein dio órdenes al general Wilhelm Stemmermann —quien estaba al frente de las seis divisiones alemanas cercadas— que rompiera el cerco y se uniera con las tropas alemanas en Lysyanka.
[169][172] Suerte parecida correría el comandante del Grupo de Ejércitos A, Ewald von Kleist, quien fue sustituido por Ferdinand Schörner.
Mientras estuvo allí, unos días después se presentó en el Führerbunker para rogarle al Führer un nuevo destino.
Otros dieciséis testigos declararon que este no había tenido conocimiento ni estaba involucrado en el genocidio.
La fiscalía afirmó que era su deber el conocer las actividades de esta unidad y también poner fin a sus operaciones genocidas.
Liddell Hart presionó en la prensa británica y en Alemania la sentencia fue vista como una decisión política por lo que se redujo a doce años en febrero de 1950.
[210] Sus críticas a Hitler se basaron únicamente en sus desacuerdos sobre la conducción de la guerra, no sobre las políticas raciales del régimen.
[214] Lemay especuló que pudo haber estado interesado en proteger a sus dos sobrinos nietos «mestizos» (mischlinge), quienes ya estaban sirviendo en la Reichswehr.
[213] Las SS llevaron a cabo una investigación sobre la ascendencia de Manstein, pero el informe no se completó y los resultados siguen siendo desconocidos.
El libro, que obtuvo gran acogida comercial, era especialmente crítico con Hitler y con su estilo de liderazgo.
[222] En su obituario, la revista Der Spiegel escribió: «Ayudó en la marcha hacia la catástrofe engañado por un ciego sentido del deber».