Para asegurarse que el cerco soviético no fuera levantado y aprovechar la frágil situación alemana en el sur, la Stavka preparó una campaña ofensiva invernal llamada "Saturno".
La operación Saturno debió ser revisada, ya que el plan original indicaba el aislamiento del Grupo de Ejércitos A en el Cáucaso.
Mientras tanto una ofensiva alemana para establecer comunicación terrestre con Stalingrado lanzada el 12 de diciembre, desarticuló momentáneamente los planes soviéticos (véase Operación Wintergewitter).
El general von Manstein envió a la 6.ª División Panzer en su ayuda, logrando establecer contacto con 45.000 italianos el 17 de enero, perdiéndose el resto.
No obstante, las victorias soviéticas les hicieron creer a los líderes militares que podían explotar aún más la situación.
A pesar de los contratiempos de Járkov y Oriol, la ofensiva soviética mantuvo su máximo avance en un saliente ubicado en Kursk, lo que motivó a Hitler para que planeara una ofensiva contra dicho saliente.