Incidente Mechelen

Tras el aterrizaje los alemanes preguntaron a un campesino dónde se encontraban y comprendieron que, tras sobrevolar territorio holandés, habían caído en Bélgica.Inicialmente Reinberger intentó quemarlos con su encendedor pero falló; cogió el del belga y apiló los documentos tras unos matorrales para prenderles fuego.Sin embargo, el alemán se quemó la mano al levantar la tapa de la misma, lo que llamó la atención del capitán belga; Rodrique, sufriendo graves quemaduras en su mano, rescató los documentos, que se llevaron a otra sala.Reinberger rompió a llorar mientras gritaba que quería el arma para quitarse la vida; Hoenmanns se dirigió al capitán: «No pueden reprocharle nada, es un oficial honesto, ahora todo acabó».[5]​ El truco belga había tenido un éxito relativo, al menos a corto plazo.Los mensajes transmitidos fueron, respectivamente, «Ten cuidado, el tiempo es peligroso» y «Cuidado con la gripe»; se trataba de sendos códigos acordados que significaban que las autoridades belgas consideraban inminente el ataque alemán.A pesar del escepticismo de este último, el comandante en jefe francés consideró que incluso siendo innecesaria la alerta, era una buena oportunidad para presionar a los belgas y que permitiesen la entrada de las tropas aliadas en su territorio.Gamelin tenía la intención de iniciar la ofensiva definitiva contra Alemania en 1941, atravesando Bélgica; su neutralidad era un contratiempo para este planteamiento.Ahora bien, si el III Reich tomaba la iniciativa, sería muy conveniente para los Aliados llegar al corazón de Bélgica antes que las fuerzas enemigas.Tengo dudas fundadas sobre este mensaje que no considero fiable, pero es mi deber transmitirlo.»[7]​ El «informador fiable» era el agregado militar holandés en Berlín, Gijsbertus Jacobus «Bert» Sas, con quien Goethals había hablado alrededor de las 17:00; sus informaciones siempre eran tratadas con reservas ya que se encontraba en contacto con un oficial de los servicios secretos alemanes.El accidente no había sido dado a conocer por ningún artículo de prensa.[11]​[12]​ Una vez más sin consultar al rey, Van der Bergen ordenó levantar las barreras en la frontera franco-belga en una decisión que permitiría a los Ejército aliados marchar con rapidez hacia el interior del país si se les llamaba en respuesta a un ataque germano.[13]​ Si la Wehrmacht hubiera atacado el 14 de enero, Van der Bergen hubiera sido aclamado por su enérgicas decisiones; pero cayó en desgracia al haber actuado sin el permiso del rey, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas belgas.Una vez más, las autoridades belgas no habían informado a las holandesas sobre el origen de la información y ocultaban también que los planes alemanes contemplaban una ocupación parcial de los Países Bajos, permitiendo su retirada a la «Fortaleza Holanda».Se temía que los alemanes aprovecharan la ola de frío para atravesar las inundaciones defensivas, ahora congeladas.Las garantías exigidas incluían que los Aliados no comenzasen negociaciones sin el acuerdo de Bélgica.Gamelin se mostró satisfecho y respondió que, gracias a las fuertes nevadas acaecidas en la frontera germano-belga, los alemanes no serían capaces de moverse rápidamente y, en consecuencia, era poco probable que tuviera lugar la invasión, lo que ponía a los franceses en una situación ideal para protegerse de los ataques enemigos.Gamelin ordenó a las tropas bajo su mando, en la noche del 14 al 15, que se desplazasen hasta la frontera franco-belga y que estuviesen preparadas para cruzarla tan pronto recibiesen la orden.A las 16:45, le llamó el comandante del Frente Noreste, general Alphonse Georges.La invasión estaba prevista para el día 14, pero no pudo llevarse a cabo.Las fuertes nevadas continuaron en la frontera oriental y hicieron poco probable el ataque.Alrededor del mediodía, Van Overstraeten ordenó a los guardias fronterizos que mantuviesen bajadas las barreras y les recordó la obligación de «rechazar por la fuerza toda unidad extranjera sin importar su nacionalidad que pise territorio belga».Este movimiento se atribuyó al accidente aéreo y a la evidente aproximación del 6.º Ejército de Walter von Reichenau.Defendió durante meses un nuevo concepto: en vez de verse comprometidos en un ataque conocido por el enemigo, el ataque principal se llevaría a cabo en la frontera noreste de Bélgica; las divisiones panzer se concentrarían más al sur.Días más tarde, Hitler habló personalmente con von Manstein y le autorizó a desarrollar su plan.El aplazamiento, más debido al mal tiempo que al descubrimiento de los planes, fue uno más de tantos; el plan original era tradicional y predecible, ningún secreto esencial estuvo comprometido y por lo tanto no era necesario modificarlo.Y puede ser que los británicos, avergonzados por su escasa contribución, no se hubiesen atrevido a criticar los planes franceses.El transporte aéreo de documentos secretos quedó estrictamente prohibido y se consideró como crimen capital.
Maasmechelen en el mapa de Bélgica
Mapa de Holanda mostrando la «Fortaleza Holanda».
Evolución del «Plan Amarillo»