Victorias frustradas

Victorias frustradas (en alemán: Verlorene Siege; en inglés: Lost Victories: The War Memoirs of Hitler's Most Brilliant General) son las memorias del mariscal de campo alemán Erich von Manstein, que combatió durante la Segunda Guerra Mundial.Muchos historiadores han llamado a Verlorene Siege poco confiable y apologético.[5]​ Manstein afirma en sus memorias que «todas las medidas tomadas por Alemania» se basaron en esta «necesidad de la guerra».Aunque trajeron «mucho sufrimiento y dificultades inevitables» a la población civil soviética, «no se pueden comparar con lo que el bombardeo terrorista causó a la población civil en Alemania» o «con lo que sucedió más tarde en Alemania Oriental».[1]​ Según Berghahn, «cuando Christian Streit publicó su libro Keine Kameraden sobre el asesinato en masa de prisioneros de guerra del Ejército Rojo a manos de la Wehrmacht, los historiadores profesionales aceptaron firmemente lo que Manstein y sus camaradas habían negado y encubierto, es decir, que la Wehrmacht había estado profundamente involucrada en las políticas criminales y genocidas del régimen nazi».[7]​ Max Egremont calificó las memorias de «arrogantes» y «egoístas» en la revista literaria británica Literary Review, Andrew Roberts escribió en The Storm of War que «ha sido condenado con razón».[14]​ El historiador militar Robert M. Citino encontró útiles sus detalles operativos, pero criticó a Manstein por «defender su generalato y reputación, ocultar su participación en crímenes de guerra y culpar a otros por todo lo que salió mal», a este respecto Citino escribió: «Victorias frustradas deberían venir con un etiqueta de advertencia: Utilizar con precaución».
El 10 de marzo de 1943, bajo fuertes medidas de seguridad, Hitler voló al cuartel general del Grupo de Ejércitos Sur en Zaporiyia , a solo 48 kilómetros de las líneas del frente, para revisar la situación militar. Manstein saluda a Hitler a su llegada al aeródromo local; a la derecha están Hans Baur y Wolfram von Richthofen